También se ofrece un lugar para orar por sanación para quienes se arrepienten del aborto
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La Conferencia de Obispos Católicos de Texas, Estados Unidos, anunció su trabajo conjunto con los cementerios católicos del estado para elaborar opciones de sepultura para niños víctimas de abortos naturales o inducidos. Las regulaciones estatales que entran en vigor el día 19 de diciembre exigen el entierro de los restos de los niños no nacidos y la Iglesia proveerá alternativas cristianas para esto.
“Enterrar a los difuntos es una obra de misericordia“, comentó a Catholic News Service la directora ejecutiva de la Conferencia, Jennifer Carr Allmon. “Como Francisco nos recuerda, las víctimas de nuestra ‘cultura del descarte’ son ‘los seres humanos más débiles y frágiles’. Es justo y necesario para nosotros estar ayudando a las víctimas del aborto”.
Los cementerios católicos han ofrecido el servicio a los niños por nacer desde hace varios años, pero se busca poder prestar este servicio a través del estado de manera que no se requiera cargar costo alguno a los padres de familia.
Los cementerios católicos, más de 50 en el estado de Texas, han estimado un rango de costo de 1.500 a 13.000 dólares anuales para poder encargarse de la sepultura de los infantes víctimas de aborto. La Conferencia de Obispos recordó que independientemente de la situación de cada familia, el ministerio católico está disponible para todos.
“Este es un servicio importante para los niños más vulnerables en nuestro estado”, expresó Allmon. “Debemos tratar los restos de todos los seres humanos -sin importar cuánto tiempo vivieron o cómo murieron- con dignidad, caridad y respeto. Además, este ministerio ofrece un lugar para orar por sanación para quienes se arrepienten del aborto, o para los trabajadores de aborto que dejan la industria”.
Las cifras oficiales de aborto en Texas correspondientes al año 2014 registan 54.902 abortos en total, mientras que el número de muertes fetales no inducidas fue de 2.200.
El entierro ya era una opción legal para disponer de los cuerpos, pero la norma incluía la posibilidad de “deposición en un relleno sanitario”, y la destrucción de los tejidos y el descarte de los mismos en un sistema de alcantarillado sanitario, opciones que quedaron descartadas.
Las normas son obligatorias para los centros de salud o clínicas de aborto y la ley no exige participación alguna de los pacientes en el proceso.
Con información de The Catholic Register
Artículo publicado originalmente por Gaudium Press