Analicemos el caso de España: de cada 10 dólares que cuesta el gasóleo, 6 son impuestos
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Ésta es la pregunta recurrente que ante un anuncio de una caída del precio del barril de crudo no se refleja la reducción en el coste de llenar el depósito del vehículo. De hecho, en los últimos 5 años, el precio del barril de Brent se ha desplomado a menos de la mitad, pero el precio de las gasolinas y gasóleos en España ha descendido sólo un 11%.
La respuesta en realidad no proviene del coste de producir petróleo, sino a la naturaleza de los impuestos que se pagan en torno a la compra del combustible. Si desglosamos el precio de la gasolina sin plomo 95, 1.14 cts/litro, 0.66 cts se corresponden a impuestos y el restante, 0.48cts, sufragan el coste de producción (0.31 cts), de distribución (0.15cts) y el margen bruto del mayorista ( 0.02 cts).
Para el gasóleo sucede algo muy parecido, para un precio de 0.97 cts/ libro, se pagarían 0.54 cts en concepto de impuestos. Es decir, 6 de cada 10 euros de nuestro depósito del vehículo son impuestos que abonamos al Estado; una familia con un vehículo que haga 20.000 km al año abona en impuestos unos 800 euros al año si es de gasóleo y 1000 euros si es de gasolina.
Pero la existencia de impuestos, si bien explica la diferencia entre el precio y el coste del combustible, no puede explicar por si misma que la caída del precio del crudo no se refleje en la misma proporción en la caída del precio del combustible. La principal razón estriba en que la mayoría de esos cuantiosos impuestos son de cuantía fija, que se pagan independientemente del coste de combustible.
En España, hay dos impuestos que gravan la compra de combustible: el Impuesto sobre el Valor Añadido que es proporcional, un 21%, y el Impuesto sobre Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos que es fijo y que rondaría los 44 céntimos por cada litro. Esta estructura impositiva propicia que las variaciones del barril de crudo no se trasladen a precio de combustible de la misma manera. Por ejemplo, una caída del 50% del coste implicaría una reducción de 13 céntimos en el gasóleo, lo que sería sobre el precio total se correspondería con aproximadamente un 14% de reducción.
Por otra parte, países productores de petróleo muestran claramente unos precios de combustible muy bajos. Venezuela es el país con los precios más bajos 0.01 cts/litro. Kuwait y Arabia Saudí rondan los 0.20 cts/ litro y EEUU los 55 cts/litro. Los países europeos muestran precios muy superiores ya sea por no se productores como porque se aplican importantes impuestos.
De acuerdo con las últimas noticias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, se espera para los siguientes meses un alza en el precio del barril de crudo. Esto se trasladará al precio del combustible y eso hará que nuestras economías se resientan. Ante la debilidad de las economías familiares se podría pensar que una rebaja de impuestos que paliara la previsible subida podría ser conveniente.
No obstante, el Gobierno español está preparando el primer paquete de subidas de impuestos para pagar la factura que exige Europa, unos 5.500 millones de euros. Para hacer frente a esta exigencia, el Ministro Montoro ha anunciado que subirán los impuestos de sociedades y los especiales sobre el tabaco y el alcohol.
Pero el montante total recaudado para el 2015 en estos conceptos de impuestos especiales ascendió por poco los 7.000 millones para todo el año. La partida más cuantiosa de este tipo de impuestos es el de Hidrocarburos, unos 10.000 millones; esto la constituye como la candidata más importante para recoger un aumento del impuesto.
En consecuencia, todo hace presagiar que en los próximos meses tanto las decisiones de las OPEP como las del Ministro de Hacienda el Sr. Montoro hagan que llenar el depósito de nuestros vehículos sea cada vez más crudo.