Cuando entres en duda, pausa
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¿Estas “maratoneando” constantemente tu vida?, ¿Vivís a las corridas?, ¿Estás disfrutando del recorrido hacia tus anhelos, sueños, objetivos, ideales?, ¿En quién pones tu fuerza? ¿Sólo en vos mismo o en Dios también? ¿Te diste algún respiro? ¿Te llegó el desánimo y sentís que querés tirar todo por la borda?
Cuando entres en duda, pausa.
Cuando te enojes, pausa.
Cuando estés cansado, pausa.
Cuando estés estresado, pausa.
Y cuando pauses… PAUSA.
El desánimo es manifestación del orgullo, dice Teresita del Niño Jesús. Sólo dejando nuestra vida en manos de quien todo lo puede y descansando en su amor tendremos la fuerza para seguir adelante. Si pensamos en nuestras propias fuerzas descubriremos millones de limitaciónes, pero cuando decimos ¡Jesús, no puedo solo, te necesito!, inmediatamente el Señor nos da las fuerzas para poder realizarlo…
Así que, ¡no te aflijas!, volvé a dejar todo en manos de Dios si es que se te olvidó que este camino lo hacen juntos, si es que se te olvidó que Él está a tu lado. Pará un segundo y volvé a decirle ¡Señor, vamos de nuevo juntos!
Artículo publicado por Oleada Joven