Los políticos que gobiernan son seres humanos con sus puntos fuertes y sus muchos límites. Tienen grandes responsabilidades. Pero a menudo aparecen más a la vista de todos sus fracasos y su corrupción que su buena gestión y su integridad.
¿No es mejor rezar por ellos y promover la unidad que criticarles? ¿Implicarse en las cuestiones públicas en la medida en que cada uno pueda y no dejarles solos? Para ello es esta oración por los gobernantes:
Espíritu consolador,
que derramas con gusto tus dones sobre el mundo:
Te pedimos que te dignes iluminar a nuestros gobernantes
y unirlos en un solo corazón, el de Jesús.
Luz y unión venimos a implorar de Ti, Espíritu Santo,
Tú que eres la tranquilidad infinita, la paz serena y la unión cumplida,
escúchanos y concédenos estas gracias que humildemente te pedimos.
Penetra en las inteligencias de quienes representan la autoridad divina
para que en ellos reine el amor.
Dales los dones de sabiduría y de consejo,
para que, destruido el espíritu del error y de la discordia,
se empeñen en crear y mantener el orden, la justicia y la paz.
Sé Tú, Espíritu Santo, el indisoluble vínculo
que una a Ti y a todos los pueblos de la tierra;
concédenos la gracia de triunfar sobre la desunión y la discordia
para que todos vivamos para servir a Dios y a nuestros hermanos
en un estrecho abrazo de caridad.
Amén.