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Un Cristo gigante, amigable, abierto y que consuela a Ecuador

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Pablo Cesio - publicado el 02/11/16
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Estará en los suburbios de Guayaquil y esconde una historia que te conmoverá

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La obra está llegando a su fin luego de más de dos años de intensa labor. Su autor, el ecuatoriano Nixon Córdova, tiene un objetivo claro: mostrar a un Cristo amigable, abierto, devoto y religioso, o sea, un reflejo del guayaquileño típico, cuenta en diálogo con El Universo de Guayaquil mientras se percibe el humo que dejan las soldaduras.

Precisamente, la obra en cuestión, tiene algunas características que la hacen más que significativa y será traslada en breve a la cooperativa Cisne 2, en el suburbio de Guayaquil.

Se trata de una representación gigante que cuando esté lista y fija tendrá en total 36 metros de alto por 21 metros de largo. El material elegido fue el bronce y aún se siguen delineando algunas partes, cuyo ensamble final será en el lugar de destino, una explanada en el suburbio, lugar habitado por gente trabajadora y humilde en su mayoría. 

La imagen gigante será inaugurada el próximo 17 de diciembre y tendrá un rol protagónico durante la próximas Semana Santa, pues la tradicional procesión de Viernes Santo que sale de la Iglesia del Cristo del Consuelo llegará hasta ese lugar durante ese día, confirmó el arzobispo de Guayaquil, Luis Cabrera.

Nixon es un artista católico y en varias oportunidades ha expresado que cuando tiene algún encargo de obras religiosas lo hace con convicción. “Trato de representar en una forma sincera y espontánea, lo que me salga del interior, eso es lo más sincero que uno puede ser consigo mismo”, expresó en alguna oportunidad en diálogo con El Comercio.

Este artista no estuvo solo en la elaboración de esta magnánima obra y estuvo acompañado por un numeroso equipo de unas 150 personas en un taller ubicado en Quito.

Detrás del proyecto se encuentra también la Fundación Municipal Guayaquil Siglo XXI y forma parte de un proyecto de regeneración urbana de la ciudad. Con las mejoras previstas, entre ellas mejores condiciones para los caminos, eliminación de cableada aéreo, etcétera, se espera que haya un repunte comercial. Además, donde estará ubicada la imagen gigante también se proyecta una gran plaza.

Un origen conmovedor

La imagen del Cristo del Consuelo, en su formato original, y su recorrido por las calles de los suburbios de Guayaquil desde hace más de 50 años forma parte de la tradición y religiosidad popular durante Semana Santa en Ecuador.

Cientos de feligreses siguen acompañan con devoción demostrando públicamente su fe y rogando por sus necesidades.

Sin embargo, no todos conocen el origen de esta imagen –recopilada también por El Universo– y cómo llegó a esta esa localidad ecuatoriana en el año 1960.  Para ello es necesario hacer referencia a Luis Alvarado, el hermano de una colaboradora y amiga del párroco de la iglesia del lugar en aquel entonces, el padre Ángel María Canals.

Cuando Luis decidió viajar a Europa con el fin de recorrer los templos religiosos más importantes nadie se imaginaba cuál podría ser el desenlace. A su llegada a Madrid, España, Luis conoció el santuario del Inmaculado Corazón de María y la imagen del Cristo del Consuelo captó toda su atención.  Gracias a esto decidió llevar a Guayaquil varias estampas. Pero esto no fue posible. En su siguiente traslado, en Portugal, Luis fue asesinado mientras estaba en el hotel.  El cuerpo de Luis fue trasladado a Guayaquil gracias a las gestiones del padre Ángel María ante la insistencia de su hermana, pues en aquel entonces no era común la repatriación de los cadáveres. Y una nueva sorpresa aconteció: entre las pertenencias encontraron las estampas del Cristo del Consuelo.

El párroco se hizo con ellas de forma inmediata y desde aquel momento este Cristo se transformó en el patrono de la parroquia.

Al poco tiempo se mandó hacer una réplica de la imagen, pero lejos de igualar la magnitud de la nueva escultura, que de alguna manera simboliza a un Cristo más cercano, amigable –como expresaron las manos sinceras e inspiradas de Nixon- que busca abrazar y consolar con más fuerza a cada uno de los habitantes de los suburbios de Guayaquil.

 

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