Un arte y una manera de fomentar la precisión y la creatividadLa actividad de tejer se ha transformado para un grupo de hombres en Santiago de Chile en un pasatiempo y en una oportunidad para intercambiar conocimientos, impresiones y demás. Para ellos cobra protagonismo el hobbie y la manualidad.
Hombres Tejedores es un grupo que coordina estas actividades y se encarga de organizar talleres y reunir a más personas con los mismos fines.
Muchos aprovechan la ocasión para reivindicar la lucha para “romper estereotipos” a favor de una sociedad más tolerante a sabiendas de considerar que es una actividad habitualmente vinculada a las mujeres.
Sin embargo, también hay hombres que desde hace años tejen por motivos laborales y lo hacen junto a sus familias.
“Todos tejemos en la casa. Mi señora, mis hijos. Ya llevamos un promedio de unos ocho años con esta empresa”, cuenta a 24 horas Chile un tejedor colombiano, mientras enseña a otras mujeres algunas técnicas en una exposición local de lanas.
También aparece en el reportaje un joven arquitecto, Cristóbal Lamarca, que diseña telares y junto a su señora, que también es diseñadora, llevan adelante otro emprendimiento familiar. “Me enseñaron a tejer de pequeño con lanas y me dio un pie para ir desarrollando sin querer queriendo”, señala.
Tejer también es un arte
“De a poco se ha ido formando un grupo entretenido. Los chicos tienen entre 25 y 55 años, de profesiones nutricionistas, kinesiólogos, diseñadores, periodistas, informáticos, bailarines y actores. La mayoría solteros, un par casados con y sin hijos. Y ahora, además de dar clases, nos juntamos para disfrutar del tejer, conversar y compartir”, expresó a el blog La Citadina Claudio Castillo, quien dirige el grupo de Hombres Tejedores.
Es que tejer también es un arte y una manera de fomentar la precisión y la creatividad.
“Mi formación en el arte textil ha sido principalmente autodidacta, a través de tutoriales, revistas, libros y experimentación. Hoy en día manejo técnicas como palillos, crochet, telar decorativo, telar maya, telar cuadrado y fieltro. Lo último que estoy aprendiendo es telar mapuche, una de las técnicas que más me ha gustado hasta el momento, por su dificultad técnica y su profundidad simbólica”, expresa Claudio.
“Para mí es una herramienta de creación. Puedo volcar toda mi creatividad y amor en él, para crear cosas, desde materias primas sencillas y nobles. Para mí, tejer es un arte como cualquier otro. Es una técnica que permite crear y expresarse”, agrega.
En un principio el grupo de hombres dedicados a tejer como pasatiempo tenía 12 integrantes, pero los deseos de adhesiones seguían en aumento.
Bufandas, gorros, chalecos, entre otras prendas, forman parte de las prioridades de estos hombres, que pretenden continuar creciendo con estas creaciones, incluso lanzando campañas a través de la modalidad de financiamiento colectivo para llevar la propuesta a otras ciudades del país.
Todos estos hombres, a través de las agujas y las lanas, encontraron una manera de distracción gracias a una tendencia que parece ponerse a la moda en cuanto a recreación, pues, como oficio, el hecho de que hombres utilicen agujas para trabajar en realidad no es tan novedoso.
Hobbie, pasión, creatividad y hasta trabajo. Un cóctel perfecto para que los hombres sigan poniéndose manos a la obra, algo que no debería ser reducido a una mera discusión por cuestiones de estereotipos.