¿Una solución duradera contra la contaminación atmosférica?La bruma con tonalidades grises y marrones forma parte del paisaje habitual de una de las ciudades más importantes de América Latina. Se trata nada más ni nada menos que del smog y el lugar es Santiago de Chile.
Desde hace años la capital chilena es famosa por la contaminación atmosférica, algo que preocupa a las autoridades locales y a la población de forma cotidiana. A menudo suelen aparecer las alertas por emergencias medioambientales por este tema y son recurrentes los llamados a la acción de parte de diversos especialistas.
Sin embargo, a pesar de varias políticas ambientales que han terminado en fracaso, aparece en el horizonte una nueva esperanza con miras a encontrar una solución duradera.
En las últimas horas se dio a conocer, de parte del ministro de Medio Ambiente Pablo Badenier, un nuevo Plan de Descontaminación Atmosférica para la Región Metropolitana llamado Santiago Respira y que podría entrar en vigencia –una vez aprobado por Contraloría- a partir del próximo año.
Esta presentación se hizo en conjunto con la intendencia de la Región Metropolitana y el objetivo de este nuevo plan es enfocarse en el material particulado fino (que afecta la calidad de aire, siendo el más dañino para la salud).
“Uno podría pensar que todos nos contaminamos por igual y eso lamentablemente no es cierto en Santiago. Las personas del sector alto de la ciudad tienen menos contaminación durante el día, que las personas del sector poniente y sur”, expresó durante la presentación del plan el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego.
“Por otra parte, la restricción que se establece a vehículos catalíticos es una restricción programada durante los 4 meses que dura el plan. Cada persona que tiene un auto catalítico, que sea anterior a 2012, va a tener 16 restricciones, que puede programar”.
Entre las principales medidas del plan se destaca el establecimiento de una zona de baja emisión para camiones, principalmente si tienen más de 12 años de antigüedad. Además, se harán mayores controles con respecto a las maquinarias y sus respectivas emisiones.
Uno de los puntos más fuertes del plan tiene que ver con la prohibición total de la calefacción a leña en el Gran Santiago, algo que tiene fuerte incidencia en el sector residencial.
Pero también hay otras medidas adicionales que tienen que ver con la construcción de 300 kilómetros de ciclorutas y 3.000 lugares para estacionar estacionarlas, en el marco del Plan Maestro de Ciclovías en el Gran Santiago. A esto se suma la dotación de más espacios verdes y masas de vegetación alrededor de la cuenca de Santiago.
De esta manera, solo resta que este ambicioso plan pueda ponerse en marcha para que los efectos favorables comiencen a dar rédito lo antes posible. Santiago de Chile y su gente lo necesitan.