Buscan estrategias para solucionar los desafíos socio-territoriales de lugares como la Villa 31 en Argentina
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La transformación visual en torno a la Autopista Illia, una de las principales vías de acceso a la ciudad de Buenos Aires, da cuenta de la relevancia del fenómeno arquitectónico único en el mundo que se ha dado en torno al barrio porteño de Retiro. Porque a menos que uno circule en el piso superior de un autobús de larga distancia, en algunos de sus tramos los altos edificios de la capital argentina apenas se divisan ante los muros de ladrillo que se han erigido a literalmente centímetros de la circulación de los coches.
A metros de los hoteles más lujosos de la Argentina o las embajadas de los palacios más emblemáticos, se ha emplazado uno de los asentamientos más humildes de la capital argentina: la Villa 31.
Sus casas alcanzan en algunos casos los seis pisos, ladrillo a ladrillo sobre vigas que a la vista parecen propensas a la caída, pero por el momento son el hogar de miles de personas. Se estima que habitan la Villa 31 más de 40.000 personas, que han ido trazando calles y plazas casi de manera espontánea, y aunque se trata de una villa que nace en la década del 40, tuvo durante los últimos años un crecimiento exponencial.
Más allá de la ilegalidad en el inicio de los asentamientos, progresivamente el Estado ha ido ingresando a la villa formalizando obras, ejecutando nuevas, y mejorando las condiciones de vida de los habitantes del barrio. El proyecto del gobierno argentino es urbanizar la zona y convertirla en un barrio más de la ciudad de Buenos Aires para 2019. El 80% de los hogares deberá tener una intervención interna y externa para completar ese anhelo.
Tan complejo y único es ese escenario que la Universidad de Harvard, desde uno de sus programas de arquitectura, organizó un curso de campo durante este semestre que trae a la Argentina arquitectos estudiantes de posgrado de esa prestigiosa universidad.
El curso “Urban Strategies for the Retiro Area, Buenos Aires, Argentina” persigue múltiples fines. Por un lado, comprender el asentamiento de las villas en torno a grandes sistemas de infraestructura urbana; la Villa 31 se encuentra en torno al puerto, a la terminal de trenes y ómnibus más importante del país, etc.
Pero por otro, que los alumnos puedan diseñar estrategias urbanas que sean alternativas de solución para los desafíos socio territoriales de fenómenos de este tipo, entre otros objetivos.
La actividad es organizada por el arquitecto argentino Daniel Becker, profesor tanto de Harvard como de la Universidad de Buenos Aires. Es Becker quien tiene a su cargo las obras de la Casa de la Cultura en la Villa, un proyecto impulsado por numerosas organizaciones y empresas que incluso en etapa de diseño y obra ya acoge numerosos talleres.
La actividad de Harvard comprende la visita al centro y a otros espacios de una villa cuya erradicación, como se sugería en otros años, parece no ser más una opción.