Lo primero que digiere las mariposas en el estómago es la rutinaCuando Tomás, mi hijo mayor cumplió dos años, su abuela le regaló un tren enorme, que andaba por todos lados, tenía luces, echaba humo por la chimenea y tenía cinco melodías. Una vez sacado el tren de su caja, mi hijo jugó unos minutos con él, lo dejó de lado y se puso a jugar con la caja y el papel celofán que lo envolvía.
La caja se convirtió en su juguete favorito. Es que cuando somos niños, cualquier cosa se convierte en especial. Una caja vacía puede ser una nave espacial, un auto, una diligencia o una casa. Nuestra imaginación no tiene límites y las cosas de todos los días constituyen nuestro territorio de juegos y nuestra fuente de alegría.
Después crecemos, maduramos, y perdemos esa capacidad maravillosa de encontrar en nuestro mundo de todos lo días la “magia” que nos alegra la vida. Y nos “sofisticamos” y creemos que para que algo sea especial tiene que ser caro, o lejano, o muy infrecuente. Esto es especialmente patente en el matrimonio, pues lo primero que digiere las mariposas en el estómago es la rutina.
En cuanto nos acostumbramos, perdemos “la magia” y la relación se torna monótona y muchas veces empezamos a tratarnos mal o en forma indiferente por haber perdido ese estado de gracia original que teníamos en las primeras etapas de la relación.
¡Pero no tiene que ser así! ¡Podemos recuperar la magia y volver a enamorarnos todos los días! Y eso no quiere decir que la relación va a ser “como antes” ¡Va a ser muchísimo mejor! ¿Cómo podemos hacer para volver a encender el fuego del primer amor? Voy a dar algunas sugerencias, cada matrimonio es un mundo diferente y cada persona puede tener modos diferentes vivir su vida romántica, no hay que ceñirse a una receta que puede ser maravillosa para mí, pero que a otros le puede parecer aburrida o indiferente.
1. Inicien una nueva actividad juntos
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Algo que les guste a los dos. Puede ser ir al gimnasio, o ir a clases de danza, o clases de pintura. Lo importante es encontrar un nuevo espacio de encuentro, que sea un momento de diálogo el descubrir juntos qué puede ser ese nuevo espacio. Lo importante es que van a tener un tiempo de diálogo, un tiempo de encuentro que antes no existía y ¡de allí van a surgir muchos momentos románticos!
2. Hagan algo cotidiano de un modo diferente
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Cuando llevábamos unos meses de casados, sin ninguna razón aparente, mi esposa me esperó en casa muy bien vestida, con una cena espectacular preparada por ella, que comimos a la luz de las velas con música romántica. ¿Por qué no hacerlo una vez por mes?¿Por qué no buscar algo que sea muy cotidiano y convertirlo en algo especial? ¡La imaginación para sorprender al otro con ideas románticas puede volver a encender la magia!
3. Escápense
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¿Cansados de las rutinas, de los niños, del trabajo o de la monotonía? ¡Escápense! Escaparse no tiene que ser irse al Caribe (aunque sería fantástico, pero no está al alcance de todos ;)) Escaparse puede querer decir ir una noche a dormir a un hotel en otra ciudad. O, si hay niños de por medio, regalarles una visita sorpresa a los abuelitos y “fugarse” la pareja a tomar un helado! No tiene que ser caro, no tiene que ser lejos, lo importante es disfrutar un momento de intimidad y de diálogo: «como lo hacíamos antes, cuando teníamos tiempo».
3. Tengan una cita romántica
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Una vez al mes, en una fecha fija, inviten al otro a una cita romántica. No importa dónde, no importa a qué. Puede ser en una biblioteca a leer poemas o en un jardín botánico a oler flores. Puede ser a cenar o a ver una película en el cine o en Netflix. Que cada mes impar le toque a uno y cada mes par al otro. Sin gastar demasiado, pueden jugar a sorprender al otro con cada salida.
4. Visiten lugares significativos
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Especialmente históricos para la pareja. Vuelvan al lugar donde se conocieron. Vuelvan al lugar donde fueron novios. Visiten el hotel donde pasaron la noche de bodas. Vayan a ese restaurant especial donde comieron por primera vez. Asistan a Misa a la Iglesia donde se casaron. Recuerden esos momentos mágicos y especiales. ¡No se dan una idea de lo romántico que puede llegar a ser!
5. Renueven sus promesas matrimoniales
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En cada boda que asistimos con mi esposa, en el momento de las promesas matrimoniales de los novios, cuando el sacerdote dice: «Expresen su voluntad de unirse en Matrimonio tomándose su mano derecha», nosotros nos tomamos de la mano y repetimos las palabras de la consagración matrimonial. ¡Se pone especialmente emotivo cada vez!
6. Tengan un momento de adoración juntos
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Una vez por semana, o más, si tienen tiempo, ¡una hora santa junto a Jesús Sacramentado!¡Es un cemento que une al matrimonio sobre la Roca, que es Cristo! Y además es un momento de paz y alegría para ambos, que podemos aprovechar para rezar por nuestros hijos y nuestro cónyuge. Solamente grandes bienes pueden salir de esa Hora Santa.
7. Mándense mensajes sorpresa
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¡Están todo el día con el teléfono! ¿Por qué no mandar un mensaje que mueva el corazón del otro?: «Anoche soñé contigo. No recuerdo nada del sueño, pero soñé contigo porque me desperté feliz», «cuando te conocí quise morir… ¡a mí mismo para poder amarte mejor!» ¡No hace falta ser poetas para mandar algo que le alegre el día al otro! Basta con un «te amo» o un «estaba pensando en tí» o mejor: «estoy rezando por tus intenciones». Hacerle saber al otro que lo tenemos presente es un modo hermoso de decir «te amo».
¡Podría seguir con muchísimos más ejemplos! Lo importante es aprender a buscar yencontrar en medio de la rutina cotidiana esos momentos que nos hagan recuperar la magia original. A todos nos gusta sentirnos amados, pero muy pocas veces nos tomamos el trabajo de amar a nuestro cónyuge como necesita ser amado. Termino con una frase del Papa Francisco:
«La alegría de ese amor contemplativo tiene que ser cultivada. Puesto que estamos hechos para amar, sabemos que no hay mayor alegría que un bien compartido: «Da y recibe, disfruta de ello» (Si 14,16). Las alegrías más intensas de la vida brotan cuando se puede provocar la felicidad de los demás, en un anticipo del cielo» (Papa Francisco. Amoris Laetitia, 129).
Para revisar en pareja:
¿Qué podemos hacer para volver a amarnos como al principio? ¿Qué es lo que más le gusta a mi esposa o esposo? ¿Qué apostolado podemos hacer en conjunto? ¿Qué lugares son importantes en la historia de nuestra familia que podamos visitar? ¿Cuáles son las prácticas piadosas que podemos hacer juntos?
Artículo originalmente publicado por Catholic Link