Se levantó en el siglo XII sobre lo que originalmente fue una fortificación celta La historia del castillo de los Caballeros Templarios de Ponferrada, aunque breve, es particularmente intrincada y compleja.
En los dos siglos en los que los caballeros de la Orden del Temple levantaron y ocuparon esta fortificación (desde 1178, durante el reinado de Fernando II de León, hasta el reinado de Fernando IV, cuando se disuelve la Orden tras los juicios contra los Templarios en Francia), pasaron de ser los encomenderos del sitio a ser expulsados de Ponferrada por conflictos de intereses entre distintas coronas, para luego recibir esta fortificación de vuelta, a cambio de otros castillos que estaban bajo el cuidado de la Orden.
Tras la disolución de la Orden, el castillo no corrió con mejor suerte. Incluso, en el siglo XIX, el propio ayuntamiento de Ponferrada vendió los muros de la fortificación, utilizando las piedras para construir otras obras públicas (calzadas y mercados, principalmente), y el interior y la explanada del castillo para pastoreo e incluso un campo de fútbol.
No fue sino hasta 1924 cuando al castillo se le concedió el estatus de monumento nacional de España, frenando así el deterioro que había sufrido hasta entonces.
Hoy día el castillo es, de acuerdo a la propia página web del Ayuntamiento de Ponferrada, el “recurso esencial que vertebra el desarrollo de la actividad cultural, turística y social de la ciudad y la comarca”.
Para saber más sobre el Castillo de los Templarios de Ponferrada, puede visitar la página del Ayuntamiento en este enlace.