En los próximos 32 años, seguiremos recordando la original y no el “remake”
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Causó sensación cuando se estrenó “Los Cazafantasmas” en 1984 pero por suerte o por desgracia no va a suceder lo mismo con esta película que bien podría haberse titulado en español “LAS Cazafantasmas”, por cambiar los protagonistas por las protagonistas.
Ante todo cabe reconocer que la película es entretenida (que ya es algo en los tiempos que corren) y tiene unos cuantos momentos (pocos) realmente hilarantes y unos cuantos (bastantes) que harán esbozar sonrisas y hasta alguna carcajada. Tampoco la original era un incesante desfile de carcajadas, pero lo que en la de 1984 era una montaña rusa vibrante que oscilaba con naturalidad entre la sonrisa, la carcajada, la intriga e incluso el susto (y además todo nos sonaba a original) en la versión de 2016 queda demasiado forzado, pierde espontaneidad.
Y como puede afirmarse que “Los Cazafantasmas” (Ivan Reitman,1984) ya forma parte de nuestra memoria colectiva, casi estamos la mitad del metraje esperando la versión conveniente (pero no siempre acertadamente) actualizada de la original reflejada con bastante menos alma y sobre todo con la incomodidad para el espectador de salir de la sala con la sensación casi constante durante el metraje de que no se le va a sorprender, de que “ya hemos visto está película”.
El director y coguionista Paul Feig cuenta, curiosamente, con una trayectoria más que destacable en el campo de la telecomedia, habiendo estado al frente de algunos capítulos de series de culto como “Arrested Development”, “Bored to Death” o la versión estadounidense de “The Office”. Esta última sí puede calificarse más de mainstream pero las dos primeras son deudoras de un sentido del humor muy peculiar y desde luego minoritario.
Por otra parte Feig también ha estado detrás de algunos episodios de series como “Weeds” o “Nurse Jackie” que curiosamente abordaban los retos de protagonistas femeninas que debían afrontar situaciones complicadas: vender marihuana para sostener a su acomodada familia el ama de casa protagonista de la primera, consumir ansiolíticos para soportar las duras jornadas de trabajo en el hospital donde es enfermera la segunda. Personajes femeninos fuertes y con matices, que podían llegar a augurar fuertes personalidades en “LAS Cazafantasma”… pero la realidad es desoladora.
El director (y coguionista, conviene recordarlo) conoce bien a dos de las protagonistas (Kristen Wiig y Melissa McCarthy) de la función por haber trabajado anteriormente con ellas, incluso con ambas a la vez en “La boda de mi mejor amiga”. Incluso su anterior película “Espías” combinaba el humor con, en aquel caso, la acción, aunque aquí la combinación es con un “terror” muy descafeinado (hay que ganarse al público juvenil), pero el conjunto no termina de ser satisfactorio y por descargar tal vez de la entera responsabilidad al bueno de Paul Feig, ha llegado quizá el momento de colgar a alguien el cartel de CULPABLE de que la versión 2016 no esté a la altura de la original 1984: los productores.
Alguien tuvo en algún momento la idea de que sería un buen negocio (y sin duda no perderán dinero) rodar treinta y dos años después una versión femenina de la historia de unos investigadores de lo paranormal que capturan moco viscoso de colorines de forma desenfadada y divertida hasta que topan con una amenaza que pone en peligro al planeta (ya no hay que salvar a individuos ni ciudades sino a todo el planeta o la mera existencia).
A alguien se le ocurrió que había que llevar a cabo la idea, pero tratando de arriesgar lo menos posible para tratar de convencer al mayor número posible de espectadores; de que era buena idea pasar un par de horas contemplando cómo tres décadas no han mejorado el talento y la originalidad de lo que se puede ofrecer con la misma base a un buen número de nuevos espectadores, pero también a una cantidad nada desdeñable de quienes han visto el original en el cine o en las múltiples resposiciones televisivas.
Y el resultado es que hay negocio, no hay riesgo, pero dentro de otros treinta y dos años seguiremos recordando la versión original de “Ghostbusters” y no el remake.