“Gracias por la alegría que traen a nuestras vidas con su presencia, que nos ayuda aún más vivir la alegría de pertenecer a la Iglesia” – dijo el cardenal Dziwisz.“Gracias por la alegría que traen a nuestras vidas con su presencia, que nos ayuda a vivir la alegría de pertenecer a la Iglesia. Mañana vendrá para estar con nosotros el Pedro de nuestro tiempo, que fortalecerá aún más nuestra fe y nuestra esperanza para el futuro” lo pronunció en varios idiomas, el cardenal Stanislaw Dziwisz, saludando a los jóvenes reunidos.
La ceremonia comenzó con el encendido de la antorcha del Fuego de la Divina Misericordia al pie de la cruz grande (es la referencia a la simbología de la chispa que salió hacia el mundo desde Lagiewniki). El fuego arderá hasta el final de la JMJ, cuando el cardenal Dziwisz se lo entregue al Papa Francisco, y él la pase a los representantes de los jóvenes de todos los continentes. Fueron traídas también las reliquias del Papa Juan Pablo II y de Santa Faustina, y sus imágenes fueron colocadas en el lado derecho del altar, a ambos lados de la cruz.
[Véase galería de fotos: Misa de apertura desde dentro]
La misa se celebró según el formulario sobre el Santo Papa Juan Pablo II. En su contenido estaba la oración de bendición y de frutos espirituales de la JMJ. Dado que Polonia se encuentra cerca de Europa del Este, el Evangelio fue cantado en dos ritos: romano y bizantino-eslavo.
Las celebraciones fueron acompañados por los símbolos de la JMJ – La Cruz y el Icono de la Virgen Salus Populi Romani. La cruz, después de completar una peregrinación por toda Polonia y los países vecinos, se llevó hasta el altar en el parque de Blonie en una larga procesión, durante la cual fueron recordadas las anteriores ediciones de la JMJ. Después de la liturgia de la Cruz ha sido expuesto a la adoración personal.
KAI/ksz