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El silencio de papa Francisco en Auschwitz aplaudido por comunidad judía

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 25/07/16
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Misericordia opuesta al antisemitismo y el odio en el gesto humilde del Pontífice, ejemplo para los jóvenes de la JMJ 2016

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Dos días después de su llegada a Cracovia, el papa Francisco visitará el campo de concentración de Auschwitz, el viernes 29 de julio, en riguroso silencio y en oración.

Un gesto de humildad ante el dolor humano para imprimir en la memoria de los jóvenes que participan en la JMJ 2016 en Cracovia (27-31 de julio) y aplaudido por la comunidad judía italiana.

“Quisiera ir a ese lugar de horror sin discursos, sin gente, solamente los pocos necesarios… Seguro que habrá periodistas. Pero sin saludar: esto no, no. Entraré solo a rezar. Y que el Señor me dé la gracia de llorar”, dijo Francisco el 26 de junio durante la conferencia de prensa en el vuelo de regreso a Roma desde Armenia.

Durante la presentación a la prensa del viaje de Francisco a Polonia, el 20 de julio, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, sostuvo que la etapa al lugar símbolo del Holocausto (השואה, Shoá, ‘La Catástrofe’) era una de las más significativas del itinerario. Emblema del exterminio de seis millones de judíos.

En esa ocasión, el Pontífice se reunirá con un grupo de supervivientes de Auschwitz y atravesará a pie el portal con la inscripción Arbeit macht frei (el trabajo nos hace libres) y luego rezará ante el “muro de la muerte”.

En este sentido, las comunidades judías italianas aplaudieron la decisión de Francisco de “no intervenir con un discurso formal, sino de concentrar la emoción de esta visita, de modo significativo, en un largo e intenso silencio”.

¿Dónde estaba Dios en Auschwitz?, se preguntó el escritor italiano de origen judío sefardí Primo Levi (Si esto es un hombre -2005) que teorizó que el hombre y sólo el hombre era culpable y el responsable de que esto no vuelva a ocurrir. De aquí, que el cristianismo europeo tiene una herida abierta desde entonces.

“El cardenal Carlo María Martini decía que no debemos preguntarnos dónde está Dios, sino preguntarnos dónde está el hombre. Y esta es la pregunta que ha lanzado papa Francisco. ¿Dónde está el hombre?”, comentó a Aleteia Vania De Luca, periodista vaticanista de la RAI, la televisión publica italiana.

“El papa Francisco nos ha regalado varios momentos de silencio, así fue en la vigilia de oración por la paz en Siria y, en muchos otras manifestaciones de su espiritualidad, nos regala el silencio. Pienso en el Viernes Santo cuando el Papa postrado en el suelo celebra la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro”, añade De Luca.

“El papa Francisco en el silencio y en el invocar el don de las lágrimas nos dará su sentido de participación en lo ocurrido en el Holocausto, uno de los tres grandes genocidios del siglo XX”, sostiene Vania de Luca.

Todo ello se une a gestos anteriores como la oración silente en el memorial de Tzitzernakaberd en Yerevan, Armenia, construido para recordar las víctimas del genocidio.

“Las palabras no son suficientes para expresar tanto sufrimiento (dentro de los campos de exterminio), por lo tanto, el silencio del Papa es el de alguien que se interroga y está en la búsqueda”, explica De Luca.

Asimismo, rememoró la memoria en Auschwitz de los mártires cristianos Massimiliano Maria Kolbe y Edith Stein.

Ellos tuvieron gestos de misericordia silentes en oposición a los nazis y Francisco irá allí a recorrer esos pasos de abandono en Dios enmarcados en acciones antes que en palabras.

De hecho, la visita del Papa a Auschwitz coincide con el 75 aniversario de la muerte de Kolbe, franciscano polaco que voluntariamente se ofreció a morir en lugar de un padre de familia. Francisco rezará en la celda del mártir, donde murió a causa de una inyección letal.

Por su parte, Noemi Di Segni, presidente de la Unión de las Comunidades Judías Italianas, le escribió una carta al papa Bergoglio en la cual aplaude la “justa decisión” del silencio en Auschwitz en medio a las “heridas abiertas” de Europa.

“Un evento muy esperado, lo que traerá la atención de millones de personas en esta página oscura de la historia, que es una herida abierta en el corazón de Europa y continúa cuestionando la conciencia de todos los ciudadanos”, escribió Di Segni al Papa.

Jóvenes de la JMJ terreno fértil contra el antisemitismo y el odio

De hecho, la Alianza de parlamentarios contra la intolerancia y el racismo del Consejo de Europa denunció, recientemente en Roma, según datos del Pew Research Center (PEC), que el prejuicio contra el pueblo judío crece en varios países católicos.

El racismo es una piedra en el zapato en países cristianos como Italia, donde uno de cada cinco italianos manifiesta antisemitismo (21%), España (17%) y otros países europeos; Alemania (9%), Reino Unido y Francia (7%) cada uno, según reveló el PEC.

En el extremo esperanzador, las nacionalidades más representativas de los 574 mil jóvenes inscritos a la JMJ: Italia, España, Francia, Ucrania y Portugal, mientras se espera reunir un millón ochocientas mil personas en los eventos principales.

Por ende, el gesto del papa Francisco y su mensaje es una semilla contrapuesta al odio propagado en Europa y el mundo por el fundamentalismo, el nacionalismo o la aversión a todo lo que es diverso.

Entre 1940 y principios de 1945, la Alemania nazi exterminó en Auschwitz-Birkenau a 1,1 millón de personas, la mayoría judíos de varios países europeos.

La intención del papa Francisco es destacada por De Segni, representante de los hebreos italianos, como “una forma de oración que retumba y que dará eco […] a los gritos y al dolor de tantos niños, mamás, jóvenes y hombres que desde esa tierra no han regresado”, destacó.

“Sólo así las tierras malditas del exterminio y del odio podrán adoptar la santidad de todos los mártires que en nombre del amor y la tolerancia allí sacrificaron sus propias vidas”, concluyó.

El papa Francisco es el tercer pontífice que visita Auschwitz. Juan Pablo II, el 7 de junio de 1979, fue el primero en celebrar la misa en el lugar “construido sobre el odio y sobre el desprecio del hombre en nombre de una ideología”.

El papa Benedicto XVI peregrinó allí el 28 de mayo de 2006 y dijo que llegaba hasta ese lugar como hijo del pueblo alemán para enfrentar el deber de la verdad y delante a Dios de cara a tanto sufrimiento.

El Obispo de Roma volverá a comunicar a través de los gestos con el mismo respeto que tuvo en 2014, cuando visitó el memorial de Yad Vashem en Jerusalén. Allí se inclinó ante el dolor de los sobrevivientes.

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