Posiblemente se trate de la biblioteca más rica del mundo, después de la del Vaticano, en lo que al número y valor de sus volúmenes se refiere
Considerado como uno de los monasterios cristianos más antiguos del mundo aún en funcionamiento, el Monasterio de Santa Caterina del Sinaí alberga en su interior varios siglos de historia.
Baste decir que la tradición señala que el altar mayor del templo del monasterio está construido sobre el lugar en el que la zarza ardiente se dirigió a Moisés.
Pero el monasterio, declarado patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO, también ostenta otros sitiales de honor. Por ejemplo, el de albergar la más antigua biblioteca activa del mundo.
Desde el día de su fundación, en el siglo VI (entre los años 548 y 565), la biblioteca de Santa Catalina del Monte Sinaí nunca ha cerrado sus puertas.
Mandado construir por Justiniano I, fue originalmente patrocinado por la madre de Constantino el Grande, la emperatriz consorte Helena.
Entre sus muros se encuentran aún volúmenes romanos de los tiempos de su fundación, lo que la convierte en la segunda mayor colección de códices y manuscritos antiguos, superada sólo por la biblioteca del Vaticano, en Roma. De hecho, de este monasterio procede el famoso Codex Sinaiticus, el texto bíblico del año 345.
La impresionante colección también incluye una serie de obras compuestas en siríaco, un lenguaje quizá específicamente literario derivado de un dialecto arameo oriental.
La colección siríaca del monasterio incluye, por ejemplo, una copia de los Evangelios del siglo V, una copia de las “vidas de las mujeres santas” del 779 y una copia de la Apología de Arístides, probablemente una de las pocas sobrevivientes, ya que la versión original griega aún permanece perdida.
Esta colección complementa la cantidad de textos medievales guardados en el monasterio, incluidos una serie de manuscritos árabes entre los que se cuenta una copia de la llamada “Ashtiname de Mahoma”, un texto en el que el profeta islámico asegura ofrecer su protección al monasterio, concede la exención de impuestos a los monjes cristianos del monasterio y les exime también de prestar servicio militar durante los años en los que el área estuvo bajo dominio musulmán.
De hecho, durante el califato fatimí los soldados musulmanes estaban obligados a proteger al monasterio y ayudar a los monjes con su propia manutención, así como con el mantenimiento del monasterio.
Actualmente la biblioteca de la UCLA (Universidad de Los Ángeles) está a punto de iniciar un proyecto de creación de copias digitales de aproximadamente 1.100 manuscritos siríacos y arábigos únicos, conservados en el monasterio, datados entre el siglo IV y el XVII.