Estamos atados a muchas esclavitudes, pero hay alguien que puede hacer que recuperemos la alegría, el dinamismo, la paz Para alcanzar la verdadera libertad tengo que ser completamente sincero ante Dios, reconocer que estoy atado a diversas esclavitudes, desenmascararlas con toda claridad, y reconocer también que todavía no estoy dispuesto a entregar esos venenos.
Te puede interesar:
¿Somos esclavos de nuestros sentimientos?
Sólo debo comenzar pidiendo al Espíritu Santo la gracia de desear la verdadera libertad interior. Así, poco a poco irá surgiendo el deseo profundo y sincero de entregar esas esclavitudes.
Te puede interesar:
¿Quieres salir de tu cárcel interior? Aquí tienes algunas claves
Entonces, el Espíritu podrá hacerme libre, para que recupere la alegría, el dinamismo, la paz. Aunque yo todavía no sepa cómo, y aunque le tenga miedo a la novedad, el Espíritu Santo se encargará de hacerme alcanzar los mejores momentos de mi vida.
Porque sólo el que tiene la libertad el Espíritu puede ser auténticamente feliz.
Te puede interesar:
Papa: El Espíritu hace libre, sin compromisos y rigidez
Fuente: “Los Cinco Minutos del Espíritu Santo”, Víctor Manuel Fernández, Editorial Claretiana
Artículo originalmente publicado por Oleada Joven