La mayoría percibe que no es valorada en varias de las dimensiones consultadas
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El observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina emitió el informe de su Barómetro de las Personas Mayores. Basado en la Encuesta del Bicentenario de la Deuda Social los investigadores trabajaron con la información de 2978 casos relevados durante 2014.
Entre los múltiples resultados que arroja el completo análisis se destaca la percepción que tienen la mitad de las personas mayores de 60 años de que no son valoradas en todas las dimensiones consultadas: tener en cuenta su palabra/opinión, sus conocimientos, su experiencia laboral, capacidad de cuidar a otros. De hecho, tres de cada 10 de ellas perciben que no son valoradas en ninguna de estas cuestiones.
Analizando estas dimensiones, el estudio refleja que cinco de cada 10 perciben que su palabra no es valorada, sobre todo las mujeres y aquellas personas con más de 75 años. “La percepción de poca o nula valoración es menor en quienes han tenido mejores oportunidades educativas y en quienes ocupan las mejores posiciones en la estratificación social”, advierte el estudio.
Lo más valorado socialmente, perciben, es su capacidad de cuidar a otros.
Déficits y felicidad
El estudio pone de manifiesto que el 45,6% de las personas mayores se manifiestan insatisfechas con sus necesidades económicas y 27,1% con respecto a sus necesidades de atención de salud. En el mismo registro, se muestra que un 32,6% manifiesta insatisfacción con respecto a sus necesidades de recreación, y un 14,3% con las necesidades de afecto y cariño.
Pese a la insatisfacción, en la edición 2015 de este estudio se anunció una estadística profundizada en esta edición: el 84,6% de los encuestados se manifestaba feliz.
Y la percepción de la felicidad, aún en su déficit, permite ser estudiada analizando otras de las otras variables estudiadas. Por ejemplo, en qué medida el déficit de vivienda o de necesidades económicas satisfechas potencia la posibilidad de infelicidad.
“Como primera consideración, se destaca que las chances de sentirse feliz o muy feliz de las personas mayores que tienen sus necesidades de recreación y esparcimiento satisfechas son 2,6 veces las de las personas que consideran que tienen tales necesidades insatisfechas”, advierte el estudio.
Asimismo, el estudio advierte que la satisfacción de las necesidades económicas puede aumentar la posibilidad de percibir felicidad: “Su satisfacción contribuye a multiplicar las chances de sentirse feliz en casi 3 veces”. Asimismo, señala el estudio, los adultos mayores que tienen el hábitat resuelto tienen más chances de sentirse felices: “Las personas mayores que tienen sus necesidades de vivienda satisfechas casi duplican las chances de felicidad de quienes consideran que tienen carencias en materia de vivienda”.
Lea el estudio completo de la Pontificia Universidad Católica Argentina