Argentina busca avanzar en la regularización de los miles de indocumentados
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Cuentan que cuando lo obtienen lo besan e incluso colocan debajo de la almohada para no perderlo. No es un ticket de la lotería; apenas un documento que certifica la propia identidad. Se trata de personas indocumentadas no por habitar un país ajeno al de nacimiento sino por nunca haber sido registrados legalmente como ciudadanos de sus propios países.
De acuerdo al estudio “Every child’s Birth Right: Inequities and trends in birth registration” del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) en 2013, el 35% de los nacimientos mundiales no son debidamente registrados en cada uno de los estados.
En América Latina y el Caribe, la cifra sería del 8%. Las estadísticas más alarmantes provienen de África, con excepción del norte del continente, y el sur de Asia, aunque países del este asiático como China no pudieron ser cotejados.
El Derecho a la Identidad es uno de los derechos consagrados en la Convención de los Derechos de los Niños de la Organización de las Naciones Unidas. “La inscripción del nacimiento, el registro oficial del nacimiento de un niño por parte del gobierno, establece la existencia del niño ante la ley y proporciona la base para la salvaguardia de muchos de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del niño”, asegura UNICEF.
#IndocumentadxsCERO
En la Argentina, una iniciativa conjunta de que distintas organizaciones no gubernamentales decidió tomar cartas en el asunto y avanzar en el frente legislativo hacia una regularización de los miles de indocumentados en su país.
La Fundación Microjusticia Argentina, la Asociación “El Trapito” y el Instituto Abierto para el Desarrollo y Estudio de Políticas Públicas (IADEPP) iniciaron unas mesas de diálogos con parlamentarios y dirigentes de distintos organismos del Estado en el marco de la campaña #IndocumentadxsCERO.
El propósito es “agilizar los procedimientos para que las personas indocumentadas puedan acceder a su identidad legal, mediante la construcción colectiva junto a los representantes del Estado y de las organizaciones de la Sociedad Civil”.
Las organizaciones estiman que un 1% de la población argentina no está registrada. “La documentación es una de las primeras batallas contra la pobreza. Una persona sin DNI ni puede tener título escolar, ni trabajar en blanco, ni recibir atención médica como corresponde”, afirman, y proponen que la regularización sea comprendida en el marco de la Campaña Pobreza Cero que emprende el gobierno nacional.
En Argentina, los padres de un recién nacido deben registrar al niño en el plazo de 40 días, aunque actualmente existe una prórroga, recientemente ratificada, para que puedan hacerlo durante los primeros 12 años por la misma vía administrativa.
Para quienes ya cumplieron 12 años, el trámite puede convertirse en tedioso y largo, ya que debe ser iniciado por la vía judicial. “Creemos necesario establecer una política de Estado que termine con situaciones de excepcionalidad, para que contemos con un sistema integral y eficiente”, expresó Martín Scotto, de El Trapito.
Un desafío que persiste
En 2006 UNICEF, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de los Estados Americanos anunciaron una alianza orientada a lograr el registro universal de los nacimientos en América Latina y el Caribe para 2015. La propuesta suponía el impulso a una mejora en las labores de recolección y difusión de los datos relacionados con la inscripción de los nacimientos, la modernización de los sistemas de registro civil, y la vinculación de los nacimientos con otros servicios sociales, como la atención de la salud y la educación.
La Agencia de la ONU para los refugiados retomó la iniciativa, e impulsa desde el 2014 la campaña #IBelong (#YoPertenezco), con el objetivo de erradicar la ausencia de registro en los nacimientos. El Plan Global lanzado promueve que los Estados:
- Permitan que los niños obtengan la nacionalidad del país en el que nacieron.
- Reformen leyes que permitan que las madres pasen la nacionalidad a sus hijos al igual que pueden hacerlo los padres.
- Eliminen leyes y prácticas que niegan la nacionalidad a los niños por su raza o religión.
- Aseguren registro universal de los nacimientos.
Además de las consecuencias para la inserción en programas educativos, de salud y sociales, la agencia de la ONU focaliza en el impacto en la autoestima que provoca la indocumentación.
“Los ‘Sin Estado’ piden la oportunidad de tener las mismas oportunidades que todos”, señala, y releva con numerosos testimonios en todo el mundo que quienes no están registrados no eligieron esa situación.