Una auténtica catequesis luminosa sobre el camino de la fe, y da interesantes claves de buena eclesiologíaQue no nos confunda el título de la película. No estamos ante una película bíblica de corte clásico como pudiera ser Natividad de Catherine Hardwicke. Si existiera la categoría de “cine bíblico de autor”, Llena de gracia, del católico Andrew Hyatt, sería un buen exponente. Casi nada se sabe de lo que fue la vida de María tras la Resurrección de Cristo. Un silencio historiográfico que puede dar lugar a interesantes suposiciones como en el caso que nos ocupa.
Y es que esta película, situada en el año 43 dC. recrea los últimos días de la vida de la Virgen de forma muy sugerente. El film nos la presenta viviendo retirada con la joven Sara quien la cuida y atiende. Un día se presenta a visitarla Pedro, abrumado por los problemas que empiezan a surgir con la rápida expansión del cristianismo. Él tiene la responsabilidad de decidir sobre importantes cuestiones, y se siente superado y desconcertado. Por ello decide ir a visitar a María, convencido de que ella podrá devolverle la serenidad.
Llena de gracia es una película pequeña y de corta duración, pero sin embargo es muy rica en contenido, ya que plantea, en menos de hora y media, importantes cuestiones relativas a la fe y a la experiencia de los primeros cristianos, como qué hacer con los gentiles conversos que rechazan las tradiciones judías, o cómo discernir los diferentes escritos que circulan sobre la vida de Jesús… Incluso cómo afrontar las primeras interpretaciones heréticas de la figura de Cristo.
Pedro (Noam Jenkins) se ve desbordado con tantos frentes abiertos, y María (Bahia Haifi) le corrige la mirada: hay que volver al origen, a la fascinación del encuentro con Cristo, hay que mirar todo desde él.
En el film, María describe su experiencia desde la anunciación a la Resurrección, y es una auténtica catequesis luminosa sobre el camino de la fe, y da interesantes claves de buena eclesiología. El final es una hermosa representación de lo que la tradición llama la Dormición de la Virgen.
La película de Andrew Hyatt es una película de sencilla puesta en escena y bajo presupuesto, aunque con una planificación muy mimada, detallista y rica en simbología. Incluso se aprecian pequeños guiños a Terrence Malick, como el arranque del film, alegoría de la Anunciación. Quizá la música sigue demasiado la estela de “música para películas bíblicas” que se ha puesto de moda desde La pasión de Cristo, de Mel Gibson, y resulta algo tópica.
En cualquier caso, es una película interesante, aunque algo minoritaria, y en ese sentido es iluminadora la siguiente declaración del director: “En la última década, la mayoría de las películas de este género han sido desprovistas de profundidad y autenticidad cuando pretenden hablar de la belleza, o bien son versiones de grandes estudios realizadas por cineastas que no tienen una experiencia de fe real y personal, y esto es algo que no acabo de comprender. En mi mente es como si le encargas a un director hacer El Señor de los Anillos cuando nunca le han interesado los libros de Tolkien […] Llena de gracia es algo más parecido a ver una oración en imágenes.”