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¿Jesús tenía el pelo largo?

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Gelsomino del Guercio - publicado el 25/03/16
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Un experto en Biblia explica qué suponía para un judío consagrarse a Dios¿Qué corte de pelo aconseja la Biblia? Hay indicaciones sobre el aspecto más adecuado para la melena. En efecto, una serie de sugerencias se ofrece sobre todo… sobre el pelo largo. Las Sagradas Escrituras, de hecho, lo “incentivan”, como explica el padre Bernardo Estrada, biblista y docente en la Pontificia Universidad de la Santa Croce de Roma.

En el Antiguo Testamento, cuando una persona se consagraba a Dios, una de las condiciones que se le ponía era esta: la navaja no debía tocar su cabeza. O sea, no debía cortarse el cabello.

Tres personajes

En las mujeres era menos frecuente, porque no se dedicaban al culto divino, pero para los hombres llamados “nazir”, es decir, consagrados, existía esta prescripción. En la Sagrada Escritura, indicaciones en este sentido se encuentran en tres personajes relevantes, representados en dibujos y obras de arte con el pelo largo.

El profeta Samuel

Oración de Ana, la madre del profeta hebreo Samuel, en el primer libro de Samuel (1,11):

“Señor de los ejércitos, si miras la miseria de tu servidora y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu servidora y le das un hijo varón, yo lo entregaré al Señor para toda su vida, y la navaja no pasará por su cabeza”.

El juez Sansón

En el libro de los Jueces (13,3-5) se evidencian dos prescripciones de referencia al futuro nascituro Sansón (que se convertirá en juez de Israel). A su madre, el Ángel del Señor se le apareció y recomendó:

“Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo. Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. Porque concebirás y darás a luz un hijo. La navaja nunca pasará por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno materno. Él comenzará a salvar a Israel del poder de los filisteos”.

San Juan Bautista

El biblista explica que hay un tercer personaje consagrado a Dios, que recuerda, aunque implícitamente, la prescripción sobre el pelo, y es san Juan Bautista. Em su caso no se dice expresamente que no se le cortaría el cabello, pero en el Evangelio de Lucas (1, 14-15), se lee:

“Porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre”.

Juan es un nazir y su voto, su consagración a Dios, prevé el abstenerse de las citadas bebidas y con toda probabilidad, observa Estrada, el no cortarse el pelo.

El voto de nazireato

En el Antiguo Testamento las indicaciones son más claras. En el Evangelio, en cambio, se toman de modo indirecto sobre la base de enseñanzas difundidas a través del Antiguo. El Biblista, de hecho, cita el libro de los Números (6,2-5), que recuerda las indicaciones de Dios a Moisés:

“Si alguien, sea hombre o mujer, hace un voto especial –el voto de nazireo– con el fin de consagrarse al Señor (…) Mientras esté consagrado por el voto, ninguna navaja tocará su cabeza. Hasta que se cumpla el plazo de su voto al Señor, estará consagrado y se dejará crecer el cabello”.

Esa relación especial con Dios, ese pacto con el Señor prescribía a los nazir el respeto de una indicación muy precisa sobre el corte de pelo: era una especie de regla de pureza, en general para los judíos de la época, y en particular para los consagrados.

Los cabellos de Jesús

¿También el pelo largo que se atribuye a Jesús se debe al voto de nazireato?

Estrada precisa que no hay ningún dato de que Jesús fuera nazir. Se supone que dado que era Hijo de Dios y consagrado al Padre, nunca se cortaría el cabello en base a esa consagración recibida, aun no siendo un “nazir”.

El germen

Sobre el vínculo entre Jesús y el nazireato, Isaías (11,1) recita así:

“Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces”.

Aquí, hace notar Estrada, hay que observar atentamente las palabras. Retoño (germen) en hebreo se escribe “nezer”; mientras que consagrado se escribe, como hemos dicho, “nazir”. Pero asociarlos sería forzado.

Juego de palabras

En cambio Mateo (2,23) escribe:

“Se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: Será llamado Nazareno”

La ciudad de Nazaret, razona el biblista, no tiene nada que ver con el voto de nazireato, pero tiene las mismas consonantes. Y a los judíos les justa jugar con las consonantes: hacen asociaciones que para los occidentales no tendrían motivo. Y Mateo asocia Nazaret con Nazareno y nazir. Pero esto obviamente no certifica la ecuación Jesús=nazir.

De hecho, explica Estrada, la consagración de Jesús es más real que bíblica, no está en la Sagrada Escritura sino en la realidad, en su vida, en su manera de actuar.

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