La escritura manual obliga a escuchar y tomar decisiones a propósito de qué es relevante y qué no
En algunos países del mundo, es ya normal entrar a un salón de clases y toparse con legiones de estudiantes que han dejado a un lado el lápiz y el cuaderno y que, en su lugar, han instalado una laptop sobre sus pupitres.
Supongamos que, en efecto, esas laptops no están siendo utilizadas para ver la última temporada de una serie en Netflix durante la clase, o para repartir likes a diestra y siniestra en Facebook sino para, efectivamente, tomar apuntes. Aún así, es lo peor que un estudiante puede hacer: tomar notas en una computadora interfiere activamente con nuestra capacidad de retener información.
De acuerdo a un reciente estudio conducido por los psicólogos Pam Mueller y Daniel Oppenheimer, y reseñado por Vox, tomar notas directamente en la laptop es lo peor que un estudiante puede hacer si quiere aprender algo. Usualmente, los estudiantes sólo copian irreflexivamente todo lo que el profesor señala. Quienes toman notas a mano, por el contrario, tienen que escuchar atentamente y decidir qué es importante y qué no ¿La razón? Generalmente, no podemos escribir tan rápido como para apuntarlo todo, y esto nos obliga a priorizar información, discriminar detalles que pueden ser relativamente irrelevantes y, en última instancia, a aprender más y mejor.
El estudio también reveló, tras una serie de experimentos, que los usuarios de laptops tienen más dificultades a la hora de responder preguntas conceptuales, que implicasen el desarrollo y análisis de ideas: los estudiantes que utilizan laptops tienden simplemente a copiar textualmente lo dicho en la sesión. Cuando el proceso de tomar notas se hace con lápiz y papel, la necesidad de pensar durante la clase (en procesos de escucha activa) marca la diferencia.