156 defensores de los derechos humanos fueron asesinados o murieron detenidos en 15 países En buena parte del mundo, particularmente en América Latina, ser defensor de los derechos humanos es un trabajo peligrosos. A veces, en la más pura esencia del acto cristiano, se paga con la vida misma. Así lo describe el documento “Basta de asesinatos”, Informe Anual 2016 de Front Line Defenders.
Esfuerzos para silenciarlos
Mary Lawlor, directora de la organización denunció, al presentar el Informe, que cada vez se utiliza más frecuentemente la violencia extrema -y en mayor cantidad de países- mientras que las acusaciones fabricadas y los juicios parciales se han vuelto la norma en muchos lugares del mundo.
“Quienes tienen en la mira a las y los defensores de los derechos humanos han redoblado sus esfuerzos para silenciarles, tanto dentro de sus fronteras como en el ámbito internacional”, dijo la directora de Front Linde Defenders.
El organismo dio cuenta que 156 defensores de los derechos humanos fueron asesinados o murieron detenidos en 15 países durante los primeros once meses del 2015. Más de la mitad de esos asesinatos, 87 de ellos, tuvieron lugar en Latinoamérica, de los que 54 ocurrieron en Colombia.
Fuera de América, una de las cifras más tremendas fue un total de 31 asesinatos dirigidos específicamente hacia los defensores de los derechos humanos, hombres y mujeres, en Filipinas.
Defensores de los derechos ambientales
Según Front Line Defenders, ha habido un incremento general sobre las cifras del año anterior, tanto en el número de asesinatos como en el cantidad de países donde ocurrieron.
Se denunciaron asesinatos en Afganistán, Azerbaiyán, Bangladés, Birmania/Myanmar, Brasil, Colombia, Egipto, El Salvador, Filipinas, Guatemala, Honduras, India, Indonesia, Iraq, Libia, México, Nicaragua, Pakistán, Siria, Somalia, Sudán del Sur, Tailandia, Turquía y Yemen.
En líneas generales, 45 por ciento de los asesinatos se relacionan con la defensa de los derechos ambientales, de la tierra y de los pueblos indígenas. Entre los otros grupos tomados como blanco se hallan los defensores que combaten la corrupción y la impunidad y los periodistas
También preocupa cómo se hace blanco a las mujeres defensoras, quienes están expuestas no solamente a los riesgos que implica su tarea sino también a la violencia contra la mujer, el hostigamiento y la estigmatización.
Latinoamérica en la mira
Defender los derechos humanos en Latinoamérica siguió siendo una tarea muy peligrosa: persistió la criminalización de la defensa de los derechos humanos y de los movimientos pacíficos de protesta.
“La cuestión más preocupante sigue siendo la violencia extrema. Los/as defensores/as del ambiente, de los pueblos indígenas y de la tierra son quienes corren los mayores riesgos: fueron víctimas del 41 por ciento de los asesinatos de la región”, dice el resumen ejecutivo del Informe de Front Line Defenders.