Misa con motivo de la Fiesta de la Sagrada FamiliaEl papa Francisco encomendó a las familias seguir el “peregrinaje domestico” y perseguir su papel educativo “tan necesario” en el mundo y en la Iglesia. Así destacó, la familia como “lugar privilegiado en el que se experimenta la alegría del perdón”, “la educación a la oración”, el agradecimiento y la cercanía a los últimos y más frágiles.
“No perdamos la confianza en la familia. Es hermoso abrir siempre el corazón unos a otros, sin ocultar nada. Donde hay amor, allí hay también comprensión y perdón”, dijo el Papa durante la Misa en la Basílica Vaticana en ocasión de la Fiesta de la Santa Familia de Jesús, María y José este domingo 27 de diciembre.
“Podemos decir, que la vida de la familia es un conjunto de pequeños y grandes peregrinajes”, apuntó, en el primer gran evento en el Vaticano después de la apertura de las Puertas Santas de las Basílicas romanas y la celebración de la Navidad en un clima de “sobriedad”, como pidió en la misa de Nochebuena.
En la celebración de hoy con las familias romanas y peregrinos venidos para el Jubileo de las Familias, exhortó a que este Año de la Misericordia, “toda familia cristiana sea un lugar privilegiado” del perdón que “es la esencia del amor, que sabe comprender el error y poner remedio”.
“En el seno de la familia es donde se nos educa al perdón, porque se tiene la certeza de ser comprendidos y apoyados no obstante los errores que se puedan cometer”, expresó.
Un peregrinaje familiar que no termina cuando se ha llegado a la meta del santuario. El Papa puso el ejemplo de Jesús que volvió a Nazaret y vivía sujeto a sus padres (cf. Lc 2,51). Un peregrinaje que termina cuando “se regresa a casa y se reanuda la vida de cada día, poniendo en práctica los frutos espirituales de la experiencia vivida”.
En su homilía a las familias, el Obispo de Roma explicó que tal vez, Jesús cuando se quedó en el Templo de Jerusalén preocupando a su familia, especialmente a María, se unió “estrechamente a ellos, para mostrar afecto y obediencia”.
“Por su «aventura», probablemente también Jesús tuvo que pedir disculpas a sus padres. El Evangelio no lo dice, pero creo que lo podemos suponer”, remarcó.
Sucesivamente, explicó que existen pequeños gestos del peregrinaje cotidiano de las familias que acercan a Dios. Los padres que hacen en la frente de sus hijos “la señal de la cruz como el día del Bautismo”.
“Bendecirlos, es decir, encomendarles al Señor, para que sea él su protección y su apoyo en los distintos momentos del día”, agregó.
En tradición familiar destacó la oración en la mesa. “Qué importante es para la familia encontrarse también en un breve momento de oración antes de comer juntos, para dar las gracias al Señor por estos dones, y para aprender a compartir lo que hemos recibido con quien más lo necesita”.
Después de la lectura del Evangelio en la que se describe la marcha de José, María y Jesús hacía Jerusalén para la fiesta de la Pascua, el Papa acentuó que “la peregrinación la hace toda la familia”.
El Papa dirigió su pensamiento a los peregrinos “que acuden a los santuarios y lugares entrañables para la piedad popular”. En estos días, “muchos se han puesto en camino para llegar a la Puerta Santa abierta en todas las catedrales del mundo y también en tantos santuarios”.
En este sentido, indicó como una lección importante para nuestras familias es realizar el peregrinaje juntos: “Papá, mamá y los hijos, van juntos a la casa del Señor para santificar la fiesta con la oración”.
“Cuánto bien nos hace pensar que María y José enseñaron a Jesús a decir sus oraciones. Y saber que durante la jornada rezaban juntos”, añadió.
Igualmente, destacó el peregrinaje como imagen de la unión familiar. “Qué importante es para nuestras familias a caminar juntos para alcanzar una misma meta. Sabemos que tenemos un itinerario común que recorrer; un camino donde nos encontramos con dificultades, pero también con momentos de alegría y de consuelo”, expresó.