En la Declaración sobre la libertad religiosa (7-XII-1965) la Iglesia Católica hizo un reconocimiento expreso de ese derecho fundamental del hombre, tanto en su ámbito privado como en su expresión pública. En una línea concordante con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Concilio Vaticano II sugeriría, sin embargo, que el origen de esa libertad se encuentra en la búsqueda de la verdad, que afecta y liga la conciencia del hombre.
Para saber más: