En el trayecto al aeropuerto para embarcarse de regreso a Roma, el Papa se detuvo brevemente este domingo 12 de julio frente al Memorial Ycuá Bolaños, en el lugar donde se encontraba el supermercado de ese nombre, escenario hace 10 años de la mayor tragedia civil jamás sucedida en el Paraguay.
400 personas, casi la mitad niños, perdieron la vida. Los heridos –muchos graves– fueron más de 400. Tanta gente desaparecida…
La cocina de un restaurante en el interior provocó un gigantesco incendio. La interrupción de la iluminación, el humo y la caótica situación produjo una estampida hacia las salidas.
Al llegar a los ingresos los compradores descubrieron que éstos estaban bloqueados quedando todos atrapados. Las puertas fueron cerradas por órdenes de los encargados con el fin de “no dejar que salgan sin pagar”.
Han pasado 10 años y hasta ahora nadie ha respondido por esta tragedia. Ningún responsable.
En un santuario improvisado en las ruinas calcinadas del local entre flores, velas, fotos y otros recuerdos, los deudos no han dejado de honrar a sus muertos y continúan alzando su voz pidiendo justicia para sus seres queridos.
La esperanza, que a veces puede flaquear pero nunca morir, se ve reforzada con esta breve visita. Francisco no ha querido dejar el Paraguay sin abrazar también a estos representantes sufrientes de la sociedad buscando aliviar su dolor devolverles la alegría y fortalecerlos en la fe.
El dolor del Papa Francisco al recordar la tragedia de Ycuá Bolaños
© JUAN MABROMATA / AFP
PARAGUAY-POPE-YOUNG PEOPLE Pope Francis leaves after attending a meeting with young people at the "Costanera" in Asuncion on July 12, 2015. Pope Francis visited a Paraguay slum on Sunday, the final day of his South America tour, in a show of support for one of the nation's poorest communities where residents are struggling for land rights. AFP PHOTO / JUAN MABROMATA
Radio Vaticano - publicado el 13/07/15
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