Los obispos mexicanos le recuerdan la Constitución a la Corte Suprema, por la aprobación del “matrimonio” homosexual
El Consejo de Presidencia y la Comisión Episcopal para Familia, Juventud, Laicos y Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), han emitido un duro comunicado respondiendo al dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la que aprueba, tácitamente, el llamado "matrimonio homosexual".
En efecto, la Primera Sala de la SCJN determinó recientemente que: "La Ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que la finalidad del matrimonio es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer, es inconstitucional". Esta jurisprudencia, avalada sólo por cuatro ministros, deberá ser acatada por todos los jueces del país.
La familia se funda en el matrimonio hombre-mujer
Los obispos mexicanos han dicho que son respetuosos de las instituciones y de las diversas formas de pensar y vivir, pero ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, reiteraron su convicción, basada en razones científicas, sociales y religiosas, "que la familia, célula de la sociedad, se funda en el matrimonio de un hombre con una mujer, que por su capacidad procreativa garantizan la supervivencia de la sociedad".
"De ahí que, por ser de eminente interés social, el derecho civil confiera a esta unión un reconocimiento institucional, que el Estado ha de promover y tutelar para el bien común", dicen en su comunicado los prelados mexicanos quienes recuerdan a los ministros de la SCJN que esta convicción "consta en la tradición jurídica bimilenaria de Occidente, recogida y profundizada a lo largo de nuestra historia por legisladores y juzgadores de diversas corrientes de pensamiento e ideologías".
Los obispos mexicanos, "como ciudadanos", consideraron que la sentencia de la SCJN, además de romper con esta sólida tradición jurídica y el bien social que custodia, contraviene los principios del federalismo y la razón de ser de los diversos códigos civiles de los estados del país, que pretenden responder a la realidad concreta de cada entidad federativa y su pluralidad, lo que debe reflejarse en las acciones de los jueces.
"Todos los seres humanos, por el hecho de serlo, tenemos dignidad y derechos. Y dado que toda persona es idéntica a sí misma y diferente a las demás, han de derivarse tratos variados según esas diferencias", explican los obispos de la CEM sobre el dictamen de la SCJN. "Con esta convicción, agregan, la Iglesia sostiene que el matrimonio solo puede celebrarse entre un hombre y una mujer, y defiende este valor para el bien de las personas y de toda la sociedad".
Ya no es matrimonio
Tras establecer que la discriminación "es una distinción injustificada" y que en el caso de los "matrimonios homosexuales" no se da, ya que el matrimonio siempre ha sido entre personas de diferente sexo, hombre y mujer, no es el papel de la SCJN "crear nuevas formas de matrimonio, porque ya no sería matrimonio, sino otro tipo de unión".
En la parte central de su alegato, los prelados mexicanos dejaron en claro que en el caso de los "matrimonios" entre personas del mismo sexo, "sí se justifica la distinción, como la hay, por ejemplo, al no permitir el voto a un menor de edad o a un extranjero, ya que no atenta a sus derechos políticos, sino salvaguarda la Nación".
Finalmente, dijeron en su comunicado que valoran el hecho de que nadie deba ser objeto de discriminación, tal como lo consigna el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, "esto no significa que deba modificarse la esencia del matrimonio, ni que se olvide el espíritu del Constituyente que en el artículo cuarto, primer párrafo de la propia Ley Fundamental reconoce la igualdad del varón y la mujer y establece el deber legal de proteger el desarrollo y organización de la familia".