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Las 5 “marcas” que distinguen a una familia católica

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Jaime Septién - publicado el 16/05/15
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¿Es necesario que las familias católicas sean diferentes? ¿Cómo podría distinguirse esa “diferencia”?

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¿Es necesario que las familias católicas sean diferentes?  ¿Cómo podría distinguirse esa “diferencia”?  A estas y otras preguntas intenta responder un artículo del doctor Greg Popcak en colaboración con su esposa Lisa, autores de más de 20 libros (www.CatholicCounselors.com) y próximos conferencistas en el Encuentro Mundial de las Familias a celebrarse en septiembre, en Filadelfia.

Para los Popcak no se trata de dar respuestas definitivas al respecto de cómo son o deben ser las familias católicas, pero sí de iluminar tanto el Encuentro Mundial de las Familias como el próximo Sínodo Ordinario de los Obispos sobre la familia, que tendrá lugar en octubre en Roma.

“Considerando lo que la Iglesia ha escrito sobre la materia familiar, aquí está lo que sugiero, escribe Popcak en el artículo publicado en la versión web de Our Sunday Visitor, como las cinco más importantes diferencias que distinguen a una familia comprometida en vivir desde una visión católica”.

1.  La familia católica asiste junta a la Eucaristía.  Para el autor la Eucaristía es la fuente del amor y de la intimidad que las familias católicas deben vivir y celebrar.  Ir a Misa juntos el domingo y las fiestas de guardar, así como confesarse regularmente, es vivir una vida familiar eucarística.

2.  La familia católica reza en común.  La familia católica está llamada -dice Popcak-a amarse unos a otros con el amor que proviene del corazón de Dios.  Y solamente se puede lograr esto si se le pide juntos a Dios que nos enseñe el camino para lograr ese amor.

3.  La familia católica está llamada a proteger la intimidad.  De lo más importante de la familia cristiana es que está llamada a la comunidad íntima, a la comunión del servicio, lo que es la verdadera escuela de amor, donde se aprende cómo Dios nos ama con todo su Corazón y cómo hacerlo con el prójimo más próximo.

4.  La familia católica pone a la familia primero.  Porque nuestra familia es la comunidad que primero Dios nos donó para relacionarnos con el mundo, creamos y protegemos los rituales familiares y nuestras actividades familiares como las más importantes actividades que realizamos durante la semana.

5.  La familia católica es testigo y signo.  Reconocemos que Dios quiere cambiar al mundo, transformarlo en el amor, a partir de la familia.  Por eso, la familia católica -termina diciendo el especialista-participa en ese plan de dos maneras: siendo testigos del amor y de la alegría y llevándolo a la comunidad, practicando las obras de caridad que Jesucristo nos enseñó a practicar con los más pobres y necesitados.

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