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¿Qué es un Jubileo?

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Diócesis de Zamora - publicado el 06/04/15
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Conoce las prácticas que van unidas al Jubileo: Peregrinación, puerta santa, caridad e indulgencias

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Estamos por iniciar un Tiempo de gracia, de Alegría, de celebración de Jubileo, ya que celebraremos 150 años de haberse cimentado la Iglesia diocesana de Zamora.
 
Es por ello preciso conocer qué es un jubileo, cuáles son las prácticas del jubileo, qué implica un Jubileo, para poder descubrir y disfrutar de las gracias, de los festejos, del perdón y de la Esperanza.
 
La palabra Jubileo está asociada con el gozo y la alegría sencillamente, con Júbilo, aunque en los orígenes no era así.
 

En hebreo, lengua bíblica, la palabra Yobel designaba al cuerno de carnero que sonaba ante cualquier acontecimiento,
 y según el acontecimiento era el sonido: triunfo, o pérdida en la guerra, nacimiento del hijo del Rey, peligro inminente o muerte.
 
Y cuando se anunciaba el año del Señor, se sonaba el Yobel varias veces por eso: yobeleo pero este año de gracia no siempre era de alegría para todo el pueblo, “indicaba ponerse en paz”, por tanto, era angustiante para los que cometían injusticias, tanto que se le llamaba “día terrible de Yave”
 
Fue San Jerónimo quien latinizó la palabra y la pasó a la versión latina de la Sagrada Escritura (conocida como Vulgata) como Jubilum (júbilo) que originalmente expresaba el grito de alegría de los pastores, después simplemente alegría, gozo y esperanza.
 
El libro del Levítico nos indica los elementos que debe tener el año jubilar.
 

Su origen debemos encontrarlo en una cultura agraria (entre los años 1200 y 1000 a.C.) unido estrechamente al descanso de la tierra. Se tenía la conciencia de que toda la creación pertenecía a Dios y Dios la entregaba a la humanidad, nadie era dueño, sólo Dios. La tierra se cultivaba seis años seguidos, el séptimo se dejaba descansar y lo que espontáneamente producía era de todos. Cada siete semanas de años (7 X 7) debe declararse el día del Señor, el cual lleva consigo la liberación, reconciliación y el perdón de las deudas.
 
Cada familia recupera la propiedad, es decir, cada cincuenta años, todas las familias llegan a poseer exactamente la misma cantidad de propiedad (en tierras y ganado).
 
Si hubiese necesidad, en el transcurso de los años, de vender alguna propiedad, lo que se venden son las cosechas faltantes para el año cincuenta. Es decir, si un año después del Jubileo se vende la tierra, el costo será lo equivalente a 49 cosechas, pero si se vende dos años antes, la tierra costara lo equivalente a dos cosechas.
 
Los historiadores consideran que estas prescripciones del año jubilar nunca fueron aplicadas en su totalidad, pero ello no deja de verse como un ideal a alcanzar. Jesús mismo, en la sinagoga de su tierra inaugura el primer año jubilar cristiano, invita en su propuesta evangélica al perdón de las ofensas y a construir un mundo distinto.
 

Los jubileos en la Iglesia
 
En el año 1300, el Papa Bonifacio VIII instituyó el primer Jubileo Cristiano, fue un tiempo de celebración y de perdón de los pecados, la gente fue animada a acercarse al sacramento de la reconciliación y a ganar indulgencias por la práctica de buenas obras.
 
Como la longevidad no era más allá de cincuenta años, el Papa Clemente VI cambió el tiempo de la celebración a veinticinco años para permitir que la gente lo pudiera disfrutar dentro de su propia generación.
 
El Papa Juan Pablo II, en la tertio millenio adveniente señala que “El término “jubileo” expresa alegría: no sólo alegría interior, sino gozo que se manifiesta exteriormente, ya que la venida de Dios es también un acontecimiento exterior visible, audible y tangible,
 
Por tanto, el jubileo no puede quedar sólo al interior de quien lo celebra, sino que debe haber manifestaciones externas, que inviten a otros a sumarse.

 
Practicas unidas al jubileo
 
1ª La peregrinación:
 
Que es una práctica y una actitud espiritual común a todas las creencias y de todas las grandes religiones, las cuales tienen sus lugares significativos de peregrinación.
 
Manifiesta la condición pasajera del hombre, el cual es peregrino de este mundo quien se encamina hacia la Patria Celestial.
 
2ª La puerta Santa
 
Desde el siglo XV se incorporó una puerta que se abre al iniciar el año jubilar y se cierra al clausurarse.
 
Es el simbolismo de Cristo, puerta única para llegar al Padre, quien entra a través de él, no entra como huésped o forastero, sino como hijo amado y reconciliado.
 
3ª Caridad jubilar entendida como compromiso por la justicia:
 
La caridad entendida como amor a Dios y a los hermanos, es propio del cristiano toda su vida, pero en el jubileo debe llevar un verdadero compromiso en la dimensión social, de manera que se note, que deje huella.
 
4ª Las indulgencias:
 
Ha sido la costumbre de la Iglesia Católica el conceder indulgencias durante el Año del Jubileo.
 
Estas varían de un Papa a otro, pero básicamente requieren que la persona esté en estado de Gracia, después de haber tenido una confesión personal con un sacerdote y haber recibido la Sagrada Comunión y orar por las intenciones del Papa.
 
Las indulgencias popularmente se entienden como el perdón de la pena merecida por el pecado.
 
Dicho de otra manera: Todo pecado merece una pena.
 
El sacramento de la reconciliación perdona el pecado, pero no la pena; ésta se va acumulando por los años, sólo la indulgencia puede perdonar la pena, o bien, se paga en el purgatorio.
 
Puede ser aplicada por sí mismo o por un difunto; nunca por otra persona que está viva, puesto que ella puede aplicarla por sí.
 
Artículo originalmente publicado por Diócesis de Zamora

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