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Orgullo latino: ¿Cómo somos los hispanoamericanos?

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Omar Aguilar - publicado el 02/03/15
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Jóvenes residentes en los Estados Unidos conservan sus raíces y muestran su identidad
De acuerdo al buró de Censo de los Estados Unidos en el periodo del 1 de julio del 2012 al 1 julio del 2013, de los 2.3 millones de nuevos ciudadanos nacidos en el país los hispanos contribuyeron con 1.1 millones de personas: esto es casi el 50% de la población*.
 
Los números no mienten. La comunidad hispana en los Estados Unidos está en un constante crecimiento, el reto mayor para lograr que este crecimiento signifique progreso y bienestar para las familias hispanas y la sociedad en general es educar y preservar la cultura.
 
Los jóvenes hispanos están ante el umbral de una América cuyo futuro ellos van a ayudar a forjar.
 
Las nuevas generaciones de hispanos no huyen de sus raíces; por el contrario están orgullosos de ser quien son y del lugar de donde vienen, ven el futuro con los pies bien puestos en el presente sin olvidar su pasado.
 
Entrevistamos a jóvenes hispanos en diferentes partes de el país, hablamos con ellos acerca de su visión del país, de sus metas, sus pasiones, sus raíces. La pregunta es ¿joven e hispano en Estados Unidos, que significa esto? Estas son sus respuestas.
 
Aidil de León, originaria de la República Dominicana, es una joven con una sonrisa de 24. Graduada de la Universidad Ave María en Psicologia y residente de la ciudad de Nueva York, nos cuenta qué significa ser joven e hispano en los Estados Unidos hoy día.
 
Su alegría es contagiosa y como en sus propias palabras nos menciona, el sazón dominicano lo lleva en la sangre. Ella, como millones de jóvenes hispanos, vive entre dos mundos, entre dos tierras lo cual es siempre un reto que ella alegremente acepta.
 
“¡Cuando pienso en el ser latino pienso en sazón! –explica-. Para mí, los latinos tienen un picante que ninguna otra cultura posee y que suele darle un poco de sabor a todo lo que hacen”.
 
“Cuando me identifico como latina, estoy dando testimonio de mis raíces, las actitudes generales, tradiciones, valores, creencias, costumbres, expresiones de arte, y la manera de pensar que comparto, no sólo con mi generación actual, sino también con mis antepasados y los que vendrán”, continúa.
 
“En parte, también dicta mi forma de comportarme. Es algo que llevo en mi sangre y ha formado a la persona que soy hoy –reconoce-. Por ejemplo, si le digo que soy latina, es probable que pueda adivinar que no soy puntual porque los Latinos nunca suelen estar a tiempo, jajaja. Es una cualidad que todavía tenemos que mejorar”.
 
“Sin embargo, ser latina también significa ser perseverante, trabajadora, orientada a la familia, tener un carácter hospitalario, un espíritu alegre, y se trata más de ser "nosotros" que del "yo". Me encanta ser latina y no tengo vergüenza de identificarme como una". 
 
Y es que para el joven hispano de el siglo XXI no se trata de encajar fit in en la cultura americana es ser hispano-americano. Es vivir esta dualidad en armonía, es tener lo mejor de dos mundos.
 
“Ser bilingüe es definitivamente beneficioso –asegura-. Para empezar, me ha dado la capacidad de comunicarme con un mayor número de personas. Esto resulta en mejores oportunidades de trabajo, ya que soy capaz de atender a dos poblaciones diferentes”.
 
“No sólo eso, sino que al tener la capacidad de leer, escribir y hablar tanto en inglés como en español, soy capaz de aprender y explorar ambas culturas en su propia lengua maternal”, destaca.
 
“Traducir no es siempre fácil porque algo del significado siempre se perderá, ya que a veces la palabra exacta para traducir una palabra no existe en el otro idioma –constata-. Tal vez por eso a menudo me sorprenden hablando Spanglish, jajaja”.
 
“Supongo que siento como que me expreso con mayor precisión de esa forma, ya que mi elección de vocabulario es más amplio –explica-. Para mí, ser bilingüe es como tener lo mejor de ambos mundos”.

 
Las tradiciones, valores y fe son parte fundamental de su identidad, de quiénes son, de dónde vienen y con orgullo y alegría lo demuestran: es disfrutar la comida casera, es vivir la música propia, es escuchar los consejos de los mayores.
 
“¡Me encanta bailar merengue, bachata y salsa! –confiesa-. Cuando la gente me pregunta dónde aprendí a bailar, yo les digo que no aprendi, eso lo llevo en mi sangre. Lo único que hay que hacer es sentir la música”.
 
“Aunque todavía estoy aprendiendo a cocinar algunos de los platos típicos, sé preparar los platos básicos como el arroz y las habichuelas, y nuestros platos de plátano famosos con salami”, señala.
 
“Aún hacemos comidas tradicionales, como el sancocho, y durante la Cuaresma es tradicional hacer habichuela con dulce… ¡delicioso!”, añade.
 
Algo que todavía practico es pedirle a mis padres, abuelos, y ocasionalmente a mis tíos, tías y padrinos, la bendición –dice-. Siento que las generaciones más pequeñas han ido perdiendo esta práctica poco a poco aquí en los Estados”.
 
“A nosotros nos enseñaron a decir "Bendición" cuando saludábamos o nos despedíamos de nuestros padres, incluso si era por teléfono –recuerda-. Luego ellos respondían: "Dios te bendiga".
 
“Además de estos, algo que yo continúo practicando en mi vida hoy es mi fe, pero ahora con una mejor comprensión de lo que es”, afirma.
 
Finalmente Aidil nos habla de esos momentos de su vida que le han ayudado a ser quien es hoy: joven, hispana y americana.
 
“El cumplir los 15 años es una gran etapa en la vida de una joven latina, así que tener una fiesta de quinceañera es una de nuestras tradiciones, recuerdo la mía…”, prosigue.
 
“Recuerdo las siestas después del almuerzo –continúa-. Eso era realmente un tiempo sagrado de descanso en el mediodía que perdimos aquí en los Estados Unidos. También teníamos la costumbre de asistir a misa todos los domingos; aunque no entendiéramos nuestra fe, faltar a la iglesia a los domingos no era una opción”.
 
“Una de mis tradiciones favoritas eran nuestras celebraciones de fiestas especialmente en Nochebuena –concluye-. Mi familia siempre se reunía para festejar y pasar un buen tiempo bailando y comiendo nuestros platos típicos”.
 
 
*http://www.census.gov/popest/data/national/asrh/2013/index.html

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