El cardenal Brenes pide dejar de ser una Iglesia “de charco”
Con un llamado a los corazones que se han alejado de Dios y no respetan la vida, inició el pasado domingo el arzobispo de Tegucigalpa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, el triduo que conmemora el 268 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras, mismo que concluyó este martes con una concelebración presidida por el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes.
El cardenal Rodríguez Maradiaga, también presidente de Caritas Internacional, pidió que la fiesta de la Virgen de Suyapa traiga “el fin de esta violencia tal irracional que nos sigue abatiendo" y que "todos aquellos que se sienten con licencia para matar recuerden que no es ese el camino que lleva a Dios, ni el camino que lleva a la paz".
Abrir los corazones a la paz
Honduras se ha visto sumergida en una ola de violencia, principalmente motivada por las pandillas o maras, que ha convertido a sus principales ciudades, San Pedro Sula o Tegucigalpa, en las más violentas del continente americano.
"Oremos –dijo en su homilía el cardenal Rodríguez Maradiaga– para que Dios toque los corazones que todavía están endemoniados (…) Los corazones de aquellos que todavía tienen el mal, para que se abran a Dios, para que cambien de vida, para que comprendan que le tienen que dar cuenta a Dios si le quitan la vida a otra persona".
En concordancia con el mensaje del Papa Francisco para la próxima Cuaresma, en el que el Santo Padre llama a combatir la “globalización de la indiferencia”, el arzobispo de Tegucigalpa recordó que solamente Dios es capaz de llenar el vacío de tantas almas desorientadas.
"El Señor viene a ofrecer a todos el camino de liberación, un camino de esperanza, un camino de alegría. Cada vez que lo escuchamos debemos decirle: Señor, saca de mí todo aquello que sea inmundo, todo aquello que no sea digno de ti, saca de mí sentimientos equivocados".
Dejar de ser una “Iglesia de charco”
Al finalizar el triduo, el cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, hizo un llamado a “captar la mirada de la madre de Dios con humildad”, al tiempo que pidió una Iglesia de salida, no estancada y “dejar de ser una Iglesia de charco”.
El mensaje de monseñor Brenes lo centró en la mirada de la Virgen María de Suyapa, que representa la de cada una de las madres hondureñas. “El primer gesto que hemos hecho todos nosotros al entrar a este templo fue verla a los ojos y ver su mirada fraternal”.
“Nosotros sabemos con una mirada cuándo nuestra madre nos está regañando, cuándo su mirada es de amor”, expresó el cardenal nicaragüense, quien se mostró muy agradecido con su homólogo de Honduras por la deferencia de cerrar el triduo de la Patrona de todos los hondureños.