Cambio de rumbo en el caso Frank Van Den Bleeken, el depredador sexual internado desde hace casi 30 años por la violación y el asesinato de una niña: no recibirá la eutanasia este domingo en su cárcel de Brujas.
Su petición de morir había sido aceptada por la Justicia belga en nombre de la ley que autoriza la eutanasia (el suicidio asistido con la complicidad del Estado) en caso de “sufrimiento insoportable”, sea físico o psíquico.
El ministro de Justicia anunció este martes que los médicos que tratan a Frank Van Den Bleeke han decidido no continuar el procedimiento de eutanasia. Según La Libre Belgique, sus motivaciones se encuentran bajo “secreto médico”.
“Resultado directo de las carencias del Estado belga”
El caso se ha hecho problemático. El rechazo inicial de trasladar al preso a un centro de internamiento de cuidados psíquicos de los Países Bajos donde podría haber sido aliviado, que era su petición inicial, no le dejaba otra salida que esta petición de eutanasia legal.
Esto es lo que destacó esta semana la Liga de los Derechos Humanos (LDH), que constató en un comunicado que la petición de eutanasia de Frank Van Den Bleeken era “el resultado directo de las carencias del Estado belga respecto a su obligación de hacerse cargo de las personas que sufren problemas mentales”.
Eso equivalía a restablecer la pena de muerte para él y para otros quince internos belgas que pidieron también “terminar”. Pero, ¿no es esto lo que se produce en Bélgica con los enfermos que hacen esta petición y con los menores cuyos sufrimientos se juzgan “insoportables”?
Frank Van Den Bleeken será en primer lugar trasladado a un centro psiquiátrico forense de Gand, abierto recientemente, para someterse a un chequeo, antes de su “traslado rápido a un centro de los Países Bajos” donde podrá recibir los tratamientos adecuados.
(En la imagen, Frank Van Den Bleeken)
