Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa le encargó que acuñara lo que se ha convertido en uno de los objetos religiosos más populares del mundo
Catalina Labouré nació en la Bretaña (Francia) en 1806. Deseaba ser religiosa pero su padre no se lo permitía porque había fallecido la madre y la necesitaba para el cuidado de la familia. Una noche soñó que un anciano sacerdote le decía: “Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos”.
A los 24 años, visita a su hermana religiosa y ve en la sala del convento la imagen del sueño: era el retrato de san Vicente de Paúl. Así entiende cuál es su vocación.
Siendo novicia, una noche de julio de 1830 un niño la guía a la capilla. Luego pensará que ha sido su ángel de la guarda.
Catalina se sitúa ante la imagen de la Virgen, y Nuestra Señora le comunica cosas que sucederán en la Iglesia y en el mundo, así como la necesidad de vivir la devoción del mes de mayo.
El 27 de noviembre de 1830, la Virgen se le vuelve a aparecer resplandeciente, derramando de sus manos unos rayos de luz hacia el mundo. Le encomienda que acuñe una medalla con indicaciones precisas.
La medalla incluye la M de María, la Cruz, los dos Corazones (de Jesús y María), las estrellas y la oración “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. La Virgen promete socorro a quien lleve la medalla y rece esa oración.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.