En Cuba, Internet sigue siendo poco accesible, sólo en grandes hoteles y en despachos gubernamentales, con largas colas y un coste de ¡10 euros por hora!
Internet es sinónimo de libre acceso en Occidente, pero no en todos los países del mundo se encuentra accesible esta enorme herramienta de transmisión del conocimiento que está cambiando la faz del planeta, los usos y los modos de aprender y de comunicar de la gente.
En un ensayo reciente, el investigador francés Frédéric Martel (1967), autor, entre otros textos de Cultura mainstream o cómo surgen los fenómenos de masas”, así como el más reciente Smart, reseña su trabajo sobre el tema de la censura en el muy seguido diario digital The Huffington Post (THP).
Se trata de un resumen detallado y mordaz sobre “la censura de los gobiernos autoritarios y el ingenio de los ciudadanos para sortearla”, con la mira puesta en dos grandes ejemplos de la dificultad de acceso a Internet en este momento: Cuba, China o Irán, ambos países guiados por diferentes regímenes pero todos apegados al autoritarismo, tan contrario al espíritu del siglo XXI.
No es global, es fragmentado
Martel parte de la siguiente hipótesis: que Internet ya no existe; lo que existe son “muchos internets”. Aunque las infraestructuras sean globales, las redes sociales muy estadounidenses y los softwares internacionales, “los contenidos, las prácticas, las costumbres varían mucho de un país a otro. Internet no es global, sino fragmentado”.
Para el investigador y escritor francés, esta fragmentación depende de las lenguas, de los territorios, de las esferas culturales, etcétera. Y pide al lector que ya no se hable de "Internet", sino de los "internets", con "i" minúscula y la "s" del plural.
En el resumen, publicado en THP como las Diez cosas que no sabías sobre Internet y la censura, el escritor francés incluye su experiencia en Cuba: "Raúl Castro anunció en el verano de 2013 la apertura de un centenar de lugares con acceso a Internet en Cuba con el fin de que los cubanos pudieran navegar libremente por la red. Estuve allí hace unas semanas y pude comprobar que este anuncio era pura propaganda”.
Martel recuerda que en Cuba, “Internet sigue siendo poco accesible, sólo en grandes hoteles y en despachos gubernamentales, con largas colas y un coste de ¡10 euros por hora!”, casi el salario de un mes de un trabajador cualificado, lo cual lo saca, completamente, de la posibilidad de acceso al común de los cubanos.
En opinión de Martel, el pretexto del embargo comercial de más de cinco décadas que sostiene Estados Unidos sobre la isla caribeña, “tampoco se sostiene, pues en 2011 se instaló (con ayuda de los europeos) un cableado submarino de 1.600 kilómetros de fibra óptica entre Cuba y Venezuela, que sirve para el Ejército y los servicios secretos, pero no para los cubanos".
China o el segundo operador más grande
También arrolla a China: "Al frente de los gobiernos que limitan la libertad de expresión está China, donde Google está prohibido y, en su lugar, se utiliza el motor de búsqueda chino Baidu. No hay Twitter, sino Waibo; ni Facebook, sino Renren; ni YouTube, sino Youku; ni MSN, sino QQ. Los chinos han creado clones, imitaciones de las webs americanas".
Martel subraya que “Alibaba es en China un equivalente de Amazon, PayPal y eBay y su volumen de ventas ¡supera al de estas tres compañías juntas! China no sólo ha construido una intranet: está llevando a cabo un internet global con miras expansionistas".
"China tiene ya el segundo internet del mundo. Y ahora aspira a ser el primero...", refiere Frédéric Martel, en un ensayo en el que también muestra cómo los ciberdisidentes chinos han creado pasadizos secretos, de forma verbal, para referirse a la tristemente célebre matanza de Tiananmen. "…los disidentes utilizan la expresión 4 de junio para recordar los acontecimientos de Tiananmen.
“La censura prohibió esta palabra clave. Para esquivarla, los chinos hablan desde entonces del 35 de mayo (4 de junio, si sumamos los días de mayo). Pero la censura acabó entendiéndolo, y ahora los disidentes usan el 65 de abril, y luego será el 96 de marzo… hasta el punto de que no pueda entenderse", relata para THP.
Según los datos a los que ha llegado este investigador, hay 2.700 millones de personas en todo el mundo conectadas a Internet y dentro de cinco años, serán 5 mil millones de personas. “Internet estará aún más fragmentado, territorializado, y cada vez menos en inglés”, concluye Martel.
Con información de The Huffington Post