El obispo Torrado advierte sobre la proliferación de sectas y ritos perversos en la provincia argentina de Santiago del EsteroAlertado por la creciente difusión de prácticas oscurantistas, el obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi, pidió a los ciudadanos alejarse de las prácticas de brujerías o hechicería que son gravemente contrarias a la virtud de la religión.
“Quiero advertir una vez más de los peligros que implican ciertas sectas o falsos cultos que son indudablemente una verdadera perversión de la religión”, manifestó el obispo a la prensa local.
“Las diversas prácticas de brujerías o hechicería con las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural son gravemente contrarias a la virtud de la religión, aunque se hicieran con la finalidad de ser curados de un mal o enfermedad propia o de otra persona”, aclaró el prelado, alertado por la cantidad de casos que salieron a la luz durante los últimos meses en la provincia.
Monseñor Torrado Mosconi agregó: “Se han de evitar las prácticas de ritos supersticiosos, sean cuales fueran, y especialmente aquellos que recurran a Satán o a los demonios, a la evocación de los muertos o a otras fuerzas ocultas”.
Monseñor Torrado Mosconi contó además que las personas que están al frente de este tipo sectas se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas que se encuentran atravesando por alguna situación desesperante.
“Estas sectas suelen tener una actitud proselitista especialmente con las personas que están atravesando situaciones desesperadas, o en estado de vulnerabilidad por cierta ignorancia religiosa o debilidad psicológica”, manifestó el prelado.
Asimismo se refirió a las consecuencias que generalmente acarrean los ritos extraños y la incorporación a las sectas, por lo cual instó a la sociedad a mantenerse alejada de todo ofrecimiento que tengan estas características.
“Las sectas suelen someter a sus nuevos adeptos a un tratamiento que suele consistir en pocas horas de sueño, una alimentación incompleta, trabajos agotadores y largos períodos escuchando un adoctrinamiento a través de charlas, grabaciones, lecturas y cantos”, constató.
“Suelen introducirlos en un código comunicacional específico, solamente entendido por los miembros del movimiento. Se los induce a un rotundo cambio de vida, valores, criterios y pautas de comportamiento. Casi siempre son separados física o afectivamente de sus familias y amigos de tal modo de ser rodeados sólo por los miembros de la secta”, advirtió el prelado.
“Este tipo de accionar los va llevando a lo que comúnmente se denomina un ‘lavado de cerebro’ que lleva a perder los parámetros inhibitorios de una persona normal”, advirtió el obispo.
Artículo originalmente publicado por AICA