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Que las Iglesias no se conviertan nunca en negocios, la redención de Jesús es siempre gratis: es lo que dijo el Papa en la Misa del 21 de noviembre de 2014 en la Casa Santa Marta del Vaticano.
La liturgia del día propone el Evangelio en el que Jesús expulsa los mercaderes del Templo, porque han transformado la casa de oración en una cueva de ladrones.
El de Jesús, explica el Papa, es un gesto de purificación, “el templo había sido profanado” y con el templo, el Pueblo de dios. Profanado con el pecado tan grave que es el escándalo”.
“La gente es buena, observó el Papa, iba al Templo, no tenía en cuenta estas cosas; buscaba a Dios, rezaba… pero debía cambiar las monedas para poder hacer ofrendas”.
La corrupción del templo... y de las personas
El Pueblo de Dios iba al templo, no por esta gente, por los que vendían, sino que iban al templo a encontrarse con Dios”, “allí se daba la corrupción que escandalizaba al pueblo”.
"Cuántas veces vemos que entrando en una iglesia, todavía hoy, está la lista de precios” por el bautismo, la bendición, las intenciones de la Misa”. “El pueblo se escandaliza”.
Todos contra el escándalo
El Papa añade: “Nosotros sabemos lo que dice Jesús a los que son causa de escándalo: ‘Mejor ser echado al mar’”:
"Y nosotros somos responsables de esto. También los laicos, ¿eh? Todos. Porque si hoy veo que en mi parroquia se hace esto, debe tener la valentía de decírselo al párroco a la cara".
Recibir como si cada uno fuera la Virgen
Jesús “no está enfadado”, explica el Papa, “es la Ira de Dios, es el celo por al Casa de Dios”, porque no se puede servir a dos señores: “o le das culto al Dios viviente o le das culto al dinero, a las riquezas”.