El Pontífice ha recibido en audiencia a una delegación de la Alianza Evangélica Mundial
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El Papa Francisco ha confirmado que las divisiones entre cristianos van contra la belleza del Evangelio y pidió promover espacios de fraternidad y colaboración entre católicos y evangélicos. “¿Cuánto podemos aprender unos de otros” dijo.
“Desde el principio hubo divisiones entre los cristianos, y por desgracia todavía hay rivalidades y conflictos entre nuestras comunidades. Esta situación debilita nuestra capacidad de cumplir con el mandato del Señor de predicar el Evangelio a todas las naciones ( cf. Mt 28,19-20 )” aseveró el Obispo de Roma recibiendo este jueves en audiencia en el Vaticano a representantes de la Alianza Evangélica Mundial.
La delegación recibida por el Papa hace parte de una red de iglesias evangélicas presente en 128 países, con sede en Nueva York (Estados Unidos) que han formado una alianza con más de 100 organizaciones internacionales para dar voz a 600 millones de cristianos evangélicos en todo el mundo.
Luz del anuncio cristiano se opaca si los cristianos se dividen
“La realidad de nuestras divisiones estropea la belleza del único manto de Cristo, pero no destruye por completo la unidad profunda generada por la gracia de todos los bautizados” sostuvo Francisco, citando el decreto, Unitatis redintegratio, 13, que dicta la línea del camino para reunir el rebaño de Dios. “La eficacia del cristiano sería sin duda mayor si los cristianos pudieran superar sus divisiones y celebrar los sacramentos juntos y difundir la Palabra de Dios y testimoniar la caridad”, añadió.
El punto de partida es Jesucristo. El Obispo de Roma expone la voluntad de buscar la unidad de la fe “con renovado amor” para servir el Evangelio para “ayudar a la Iglesia a ser más y más en Cristo, la vid fecunda del Señor”.
Bautismo, punto de unión
En este sentido, el Pontífice recuerda que el bautismo es otro punto de unión. Con el bautismo los cristianos “participamos en los frutos de la muerte y resurrección de Cristo. El bautismo es un don inestimable de Dios que tenemos en común ( cf. Gal 3:27)” Por ello, invita a salir de la dimensión terrena para vivir en la dimensión del Espíritu.
“El sacramento del bautismo nos recuerda una verdad fundamental, y muy consoladora: que el Señor siempre se nos adelanta con su amor y su gracia. Precede a nuestras comunidades; anticipa y prepara los corazones de aquellos que proclaman el Evangelio y de los que aceptan el evangelio de la salvación”, confirmó.
Reino de Dios antecede todo
En otro momento, el Pontífice subrayó que vivir según el Evangelio, dicen las Escrituras, “no es solamente una relación personal con Dios”, así como tampoco es una “suma de pequeños gestos personales a favor de alguien necesitado … una serie de acciones que tienden sólo a apaciguar la conciencia individual”.
De este modo, sostiene que la propuesta en cambio es el “Reino de Dios” descrito en el Evangelio. “Se trata de amar a Dios que gobierna el mundo" ( ibid. , n . Evangelii Gaudium , 180 ). Un Reino que está “siempre delante de nosotros. Como también antecede el misterio de la unidad de la Iglesia”.
Papa Francisco aplaude buenas relaciones entre católicos y evangélicos en varios países
“Me complace saber que, en muchos países del mundo, los católicos y los evangélicos han establecido relaciones de hermandad y cooperación. Además, los esfuerzos conjuntos del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Teológica de la Alianza Evangélica Mundial (World Evangelical Alliance) han abierto nuevas perspectivas, aclarando malentendidos y mostrando las formas de superar los prejuicios”. La esperanza del Papa es que estas consultaciones puedan inspirar un testimonio común y nuevos esfuerzos evangelizadores.
Asimismo, puso su esperanza en el documento elaborado en 2011 por el Pontificio Consejo para el Dialogo Inter-religioso, titulado: ‘Testimonio Cristiano en un mundo multi-religioso”, dijo para que pueda ‘inspirar el anuncio del Evangelio en contextos multi-religiosos". Dicho documento hace recomendaciones para el comportamiento para evitar tensiones entre personas y comunidades de diferentes condiciones religiosas.
Al final, el Obispo de Roma confiado en “el Espíritu Santo” dijo que espera se pueda “inaugurar una nueva etapa en las relaciones entre católicos y evangélicos". Una etapa para cumplir completamente la “voluntad del Señor de llevar el evangelio a los confines de la tierra”.