Hoy más que nunca, las personas hacen activismo guiados por criterios emocionales que muy pocas veces concuerdan con la objetividad de la razón, haciéndoles luchar bajo una bandera equivocada y en muchas ocasiones hasta contraproducente. Nuestra sociedad se ha distinguido en estos últimos años, por ser víctima de las manipulaciones ideológicas de turno, que han hecho un uso muy sutil y astuto, de la sensibilidad y la piedad humana. Quisiera enfocarme en dos casos que últimamente han dado mucho de qué hablar en redes sociales, y que a su vez ha mostrado “la mejor cara” de la ignorancia que padecen muchos con respecto a la dignidad del ser humano y de su valor.
La dignidad por encima del hombre
Durante estos años, he dedicado más de un artículo con respecto al animalismo y las visiones erradas que han alimentado una falsa ideología ambientalista. Sin embargo, el caso de Excalibur (el perro de una enfermera contagiada de ébola) y su posterior sacrificio en pos de evitar más contagios, ha sido razón suficiente para que – no sólo los animalistas, sino un gran porcentaje de la sociedad – se rasguen las vestiduras y movilicen todas las redes sociales, para solidarizarse con el canino.
Muchos consideraron que se lo podía mantener en cuarentena, mientras que otros sencillamente no tenían ninguna argumentación, sino que invocaban el “derecho a la vida de los animales”. Derecho que, – como ya varias veces lo he planteado – no tiene NINGÚN argumento racional. Distinta es la realidad, de nuestra obligación de proteger y cuidar la naturaleza y los animales.
Sin el afán de entrar en detalles, sencillamente plantearé que, dada como está la situación crítica del avance del ébola, ningún Estado en su sano juicio, va a gastar recursos de estructura y económicos, para mantener en cuarentena a un animal, más allá del hecho de que en ningún momento se ha estado preparado para mantener en cuidados y cuarentena a un animal contagiado de ébola.
Por otro lado, el punto fundamental aquí, es la desviación de las prioridades y del reconocimiento de la dignidad humana por encima de la vida animal. Ésta es una realidad a la que muchos se resisten, y que les hace cometer torpezas al momento de elaborar argumentos para defender la postura de que: “los animales y el ser humano, deben tener los mismos derechos”.
El planteamiento es sumamente claro: ¿en algún momento hubo apoyo a la familia de esta valiente enfermera?… Algunos ni siquiera estaban enterados de que esta enfermera se contagió, ateniendo a un sacerdote contagiado, que a su vez fue contagiado por atender a otros… ¿Alguien se ha preocupado por estos seres humanos? La respuesta mayoritaria – y nos lo demuestran los trending topics de Twitter – es NO. Pudo más, la preocupación de las personas por si sacrificarían o no al perro, mientras niños y mujeres mueren literalmente como animales. ¿Es esto lógico? ¿Es ésta una verdadera piedad?… Lo peor del caso, es que se sienten “salvando al mundo” al acogerse a estas causas, cuando lo que hacen es reafirmar su ignorancia con respecto a la dignidad del ser humano y su valor.
El suicidio asistido y la eutanasia como "heroísmo"
Finalmente, quisiera enfocarme en un segundo caso reciente de atención masiva en las redes sociales. Se trata de Brittany Mainard, una estadounidense de 29 años que padece cáncer cerebral y que ha decidido que quiere morir el 1 de noviembre.
Ante esto, no pretendo hacer una apología en contra de la eutanasia, sin embargo, quienes quieran hacerla, les pido se redirijan a un artículo anterior en el que trate este tema[1]. Sencillamente, quisiera dejar en claro que, este tipo de decisiones se toman como “heroicas” y dignas de aplaudir, cuando no se tiene consciencia de la dignidad humana y del sentido trascendente del dolor. Quienes ven una etapa de sufrimiento, como una situación vacía y carente de sentido, naturalmente aplauden el que una persona opte por el suicidio. Sin embargo, cuánto quisiera que por un momento, analicemos estas situaciones con la razón y no con la emoción, de manera que podamos comprender que esto denota no solamente un desconocimiento de la propia dignidad y valor, sino un egoísmo tremendo para con la sociedad, al privarla del bien que implica la existencia de un ser humano y su aporte a la sociedad.
Ciertamente, estas posturas de la cultura de muerte (aborto, eutanasia, etc) al aplaudir estas decisiones, tan solo afirman que un ser humano “vale” por lo que hace y produce, y no por lo que es en sí mismo…
Para quienes gritan escandalizados porque les parece que la eutanasia es una opción para “no causar más dolor” a la persona, les ruego revisen el artículo que he dedicado a esto y que se encuentra al pie de página.
Conclusión
Mientras se persigue y asesina a gente en el Medio Oriente por su religión, mientras hay misioneros que mueren fuera de su patria por atender a contagiados de ébola, mientras su Estado no mueve un solo dedo por ellos, y mientras hay personas a las que se les priva de vivir y a otras se les aplaude que terminen con su vida… Hay gente que se siente “orgullosa” y “defensora del planeta” por rasgarse las vestiduras por la vida de un perro.
Estimados, la gente está perdiendo la cabeza y cada vez las argumentaciones para respaldarlo son más estúpidas que antes. A lo que hago un llamado al sentido común – una vez más – para que analicemos las “causas” en las que nos involucramos. Seamos coherentes y consecuentes con nuestra dignidad de ser humanos.
@stevenneira