Hay millones de millones de ángeles (cfr. Dn. 7,10), y sin embargo, solamente conocemos tres con nombre propio, aunque los “ángeles son criaturas personales” (cfr. Cat. 330) y por ello tienen nombre ante dçios.
Estos tres arcángeles llevan en sus respectivos nombres la sílaba «el», que significa Dios. Dios está en sus nombres, Dios está inscrito en su naturaleza.
La fiesta de san Miguel, san Gabriel y san Rafael nos recuerda que ante Dios todos tenemos una identidad personal que es salvaguardada, cuidada y protegida por estas criaturas espirituales; identidad que será plena en la medida en que acojamos cada día más ser de Dios.
Así mismo, como lo enseña san Gregorio Magno, el nombre personal de los ángeles indica su misión particular y de ahí la importancia de conocer los nombres de estos tres arcángeles, pues sabiendo su nombre conocemos la misión específica para la cual fueron enviados.
¿Hay alguna razón por la cual solo conozcamos los nombres Miguel, Gabriel y Rafael?
Se puede pensar que Dios mismo es quien ha querido que conozcamos a estos tres arcángeles, que los invoquemos con su nombre y que mantengamos una relación especial con ellos. Esto es algo que debe ser acogido con profunda alegría y también con reverencia y humildad.
Cabe recordar que la Iglesia enseña que “hay que rechazar el uso de dar a los ángeles nombres particulares, excepto Miguel, Gabriel y Rafael, que aparecen en la Escritura” (Directorio de la Piedad Popular, 217).
San Miguel Arcángel
Su nombre significa ¿Quién como Dios?, y manifiesta que nadie puede hacer lo que solo Dios puede hacer. Este nombre nos recuerda que solo se vence cuando se deja a Dios actuar. En este aspecto, san Miguel nos enseña a luchar permitiendo que Dios actúe, abandonados en su poder.
De esta manera este arcángel defiende la unicidad de Dios, así como su inviolabilidad: solo hay un Dios todopoderoso al cual se le debe toda honra, honor y gloria. Igualmente, la Sagrada Escritura en el libro de Daniel 10,21 muestra que este glorioso arcángel es el protector del pueblo de Dios, por esta razón la Tradición lo invoca como protector y defensor del nuevo pueblo de Dios, la Iglesia.
San Miguel está al lado de la Iglesia de Dios para ayudarla y defenderla contra las iniquidades del demonio y defiende la grandeza de cada hombre contra el demonio que lo acusa y que quiere apartarlo de Dios (Ap. 12,10).
Esta ayuda se extiende hasta el momento en que el alma sale de este mundo, por ello este arcángel es considerado protector y defensor de los moribundos.
Pío XII afirmaba que “extrañamente, recurrir al Arcángel es mucho más urgente que entonces. El mundo intoxicado por la mentira y por la deslealtad, herido por los excesos de la violencia, ha perdido la santidad moral y la alegría”.
Oración a San Miguel:
Querido San Miguel, Señor de la Espada, tú que custodias nuestros corazones, aparta de nosotros todo el mal, corta nuestros malos apegos, de tal forma que, libres de las pequeñeces y mediocridades de nuestro corazón, podamos percibir el Amor Infinito de Dios y podamos así conformar nuestra voluntad con la voluntad de Dios para vivir sumergidos en Él y tener vida en abundancia. Amén.
San Gabriel Arcángel
Su nombre significa “Mensajero de Dios” o “Fortaleza de Dios”. Si bien es cierto que el evangelista san Lucas al hablar de él lo llama “ángel” (Lc. 1,26), también lo es que ha sido quien tuvo la tarea más importante de todos los tiempos: anunciar la Encarnación del Hijo de Dios, y por ello, en este sentido, puede ser llamado el primero de los Arcángeles.
San Gabriel recibe de Dios el misterio más grande que es la Encarnación y, unido a esto, tiene la misión de ser el primero en manifestar al mundo este misterio. En este sentido, Gabriel es el mensajero de la alegría: Dios con nosotros.
Al mismo tiempo, así como fortaleció a la Virgen María en el momento de la Anunciación, así también este arcángel fortalece nuestros sentidos corporales para abrirnos a las realidades trascendentes.
En el libro del profeta Daniel (8,15-25 ;9), san Gabriel le explica al profeta la visión que tiene y lo hace señalando un tiempo mesiánico, un “príncipe mesías” (Dn. 9,25). Así, este arcángel se encuentra muy unido a la presencia del Mesías, del Hijo de Dios, en Él está la fuente de la verdadera y eterna alegría.
Así mismo, san Gabriel es quien fortalece al profeta Daniel (Dn. 10,4-12, 13).
Por lo anterior san Gabriel nos fortalece y alegra con el mensaje de la presencia de Dios hecho hombre… ¡qué actualidad la misión de este arcángel cuando hoy se quiere desvirtuar la divinidad de Jesús y cuando el mismo Papa Francisco ha dicho que “con Jesucristo siempre nace y renace la alegría!” (EG, 1)
Oración a san Gabriel Arcángel:
Oh, excelso Arcángel san Gabriel, llamado justamente la fuerza de Dios, puesto que fuiste escogido para anunciar a María el misterio de la Encarnación en el que el Todopoderoso desplegó la fuerza de su brazo, haznos conocer los tesoros encerrados en la Persona del Hijo de Dios, sé nuestro abogado ante Él y su augusta Madre en el cielo, y nuestro guía y protector en la tierra. Amén.
San Rafael Arcángel
Su nombre significa “Medicina de Dios”. Este arcángel se presenta como uno de los siete que se encuentra ante la faz de Dios (Tb. 12,15), por ello se debe pensar que debe ser uno de los principales Ángeles.
Si san Miguel manifiesta los derechos de Dios y san Gabriel la fortaleza de Dios, san Rafael viene a manifestar la activa caridad y esto se puede leer en el libro de Tobías.
Precisamente de los actos que realiza este arcángel es de donde viene su nombre: él le da una medicina a Tobías para curar la ceguera de su padre Tobit (Tb. 11,1-14) y brinda una medicina espiritual para librarse de los ataques del demonio (Tb. 6,1-9).
Este arcángel, además de ser considerado la medicina de Dios, es el arcángel que presenta nuestras oraciones ante Dios (Tb. 12,12), el que nos lleva a hacer buenas obras, el protector de los viajeros.
Algo de resaltar en este arcángel es que nos lleva a la acción de gracias. De tal modo que, San Miguel nos lleva a los derechos de Dios, San Gabriel a la alegría y San Rafael a la acción de gracias y a manifestar en nuestras vidas lo que Dios ha hecho (Tb. 12,6-7).
Oración a San Rafael Arcángel:
Oh Dios, que diste al bienaventurado Arcángel Rafael como compañero de ruta a tu siervo Tobías: concédenos, a nosotros que somos también tus siervos, beneficiarnos siempre de su cuidado y su ayuda. Amén.