¿Por qué ante el sufrimiento no se afirma que la vida es un don?Nace en el quinto mes de embarazo y pesa 900 gramos. Después del parto, los médicos del hospital de Poitiers, en Francia, le aplican inmediatamente todos los tratamientos necesarios para su supervivencia, en incubadora y oxígeno. La situación parece que se va a resolver pero de forma imprevista el niño sufre una hemorragia en el cerebro.
Un trauma que tendrá consecuencias en la vida del pequeño, seguramente sufrirá una discapacidad grave. Los padres, ante el drama, ni miran a su hijo: piden interrumpir los tratamientos que lo mantienen con vida.
La historia del niño prematuro y de sus padres, naturales de Saintes, localidad de la región Charente-Maritime, la cuenta TgCom24 (16 de septiembre). “Desde hace una semana la pareja se opone a que el equipo médico del hospital siga asistiendo al pequeño. Y, según lo que cuenta Le Figaro, define como terapia agresiva, los tratamientos que le aplica el personal”.
Sufrimiento irreversible
El niño tendría que haber nacido el 18 de diciembre. Sin embargo, el parto se dio el 31 de agosto. Y la perspectiva de un hijo discapacitado espanta a los padres. “Los médicos no pueden asegurar su supervivencia. Nos han dicho que no sufre, pero vemos que llora y que se agita, dijo la madre a France Info. Los médicos saben que las consecuencias serán irreversibles y hablan de una discapacidad en el pequeño, pero todavía no se conoce la naturaleza de la misma”.
Colegio ético
Los padres dicen que los médicos “no nos han pedido ninguna opinión”, y, según los padres, lo que están haciendo es una “terapia agresiva”. Se ha creado así una situación dolorosa para el personal del hospital, que ha querido darle una oportunidad al pequeño, respetando los procedimientos previstos para estos casos. Ante la petición de detener los tratamientos, el personal sanitario ha pedido una valoración a un colegio ético. En breve se conocerá la decisión.
Antes que nada, un don
Ciertamente no bastará la decisión de una comisión para resolver un drama de estas características, un drama con el que, más allá de la elección, los padres cargarán toda su vida. ¿Pero existe alguna manera, una forma de no ceder a la desesperación? ¿Quién puede aliviar este sufrimiento? ¿Quién puede ayudar a estos padres a decidir por el bien de su hijo?
Lo que tienen ante sí los padres “no es un problema que hay que resolver”, es antes que nada, un don. Un don que ha llegado de la forma más inesperada y digámoslo, de la forma quizás más “fastidiosa” pero es siempre un don. ¡Quién sabe que descubrimientos podrían hacer si lo dejasen vivir!¡Quién sabe cuántas alegrías!