Monseñor Coakley vuelve a hacer un llamamiento a cancelar los elementos públicos que son ofensivos a los católicosEl arzobispo Paul Coakley ha hecho un llamamiento a las autoridades de la Ciudad de Oklahoma para que cancelen la “misa negra” que se ha programado para septiembre.
En un nuevo llamamiento al Centro Cívico Music Hall de la ciudad ha pedido cancelar el evento del 21 de septiembre. Monseñor Coakley dice estar “sorprendido y preocupado ya que el centro promueve el evento como entretenimiento vendiendo entradas para el mismo, que es en su esencia una burla sacrílega y blasfema de la Misa Católica”
A día de hoy quedan 69 entradas por vender, para un auditorio de 92 asientos.
La edición inglesa de Aleteia fue la primera en informar de la misa negra programada para el 1 de julio. En ese momento, Jim Brown, director general del Centro Cívico, declaró que no podía negarse a alquilar estas instalaciones públicas a un grupo que era respetuoso con la ley.
Pero en esta nueva declaración, realizada hoy, el arzobispo señala que hay muchas más consideraciones a realizar aparte de la libertad de expresión.
“Es difícil imaginar que el Centro Cívico sea tan permisivo permitiendo a un grupo usar sus instalaciones para quemar un copia del Corán, o para realizar un acto anti-semítico. ¡No lo permitirían!, dijo. “¿Por qué esto es diferente? Hay normas comunitarias que respetar. Y estas prohíben representaciones que sean ‘ilegales, indecentes, obscenas, inmorales o cualquier otra forma de ofensa pública’. Un Misa Negra se puede calificar claramente como ofensiva, obscena e inmoral. Su único propósito es mostrar hostilidad hacia el catolicismo y todo lo que es sagrado para los cristianos”.
Monseñor Coakley explicó que una misa negra es una “ritual oculto realizado normalmente en secreto entre los que se han iniciado en los misterios oscuros… Una forma consagrada, obtenida mediante el robo de una Misa Católica, se corrompe de forma vil y sexual y se ofrece en sacrificio mediante una pseudo Misa ofrecida en homenaje a Satanás”.
Añadió que estos actos de sacrilegio pública “minan los fundamentos de la sociedad civil no tienen ningún valor social. Socavan el respeto por las instituciones sociales, religiosos y culturales. Se burlan y eliminan y no proporcionan bienes sociales que se puedan comparar.
“Una misa negra es un acto satánico y una burla a las creencias más sagradas no solo de los católicos también del resto de los cristianos”, dijo el arzobispo.
Brown, del Centro Cívico no ha querido comentar la nueva declaración.
Monseñor Coakley renovó su llamamiento diciendo que “aquellos que permiten este evento deberían reconsiderar si es un uso apropiado de un espacio público. Confiamos en que los líderes de la comunidad no deseen permitir o alentar este tipo de representaciones y que encuentren una manera de remediar esta situación”.
Aleteia intentó localizar a Joe Hodges, CEO del SMM Healthcare Oklahoma, organización católica, que aparece en la web del Centro Cívico como miembro de la plana directiva.
Una portavoz del SMM, Sandra Payne, respondió la llamada en lugar de Hodges, explicando que esta persona está en la Fundación del Centro Cívico, que recauda fondos para su conservación pero que no puede decidir nada sobre los eventos que se organizan allí.
“Así que el no tiene capacidad o influencia en esa decisión”, dijo Payne el miércoles. No quiso decir nada más.
El arzobispo recordó su intención, si el evento sigue adelante, de “organizar otras opciones pacíficas, de oración y respeto para mostrar nuestra oposición a este acto sacrílego”.