Los frutos del diálogo entre la Conferencia Episcopal de Nicaragua y el mandatario sandinista permanecen aún en el limbo
Han transcurrido más de dos semanas desde que se produjo el trascendental encuentro entre los obispos nicaragüenses con el presidente de este país centroamericano, Daniel Ortega Saavedra –quien estuvo acompañado la tarde del 21 de mayo pasado en la sede de la nunciatura apostólica de Nicaragua por su esposa, Rosario Murillo—y la respuesta del ex comandante sandinista ha sido el silencio.
Los temas que le planteó la Iglesia católica de Nicaragua al presidente Ortega no son temas triviales, sino temas de fondo, que van desde la afinación constitucional de la democracia en el país hasta la defensa de la familia como parte fundamental del desarrollo de la sociedad nicaragüense. Todo esto se reflejó en un documento hecho público el 22 de mayo, tras el encuentro con Ortega y su esposa, que llevaba por título: “En búsqueda de nuevos horizontes para una Nicaragua mejor”.
No se trata de llevar “la contra”
En el texto, los obispos de todo el país centroamericano centraban su interés en la familia, la problemática social, los derechos humanos, algunos problemas que se han suscitado con el gobierno, sobre todo en el enfrentamiento entre la misión evangelizadora de la Iglesia católica y las políticas públicas de las autoridades que usan de forma arbitraria la fe del pueblo y el tema que más escozor ha causado entre los sandinistas en el poder: la inconstitucionalidad.
“A partir del resultado de las elecciones del 2011 la concentración de poder, la corrupción gubernamental, la confusión Estado-Partido, el sometimiento de los poderes del Estado a la voluntad del Ejecutivo, el irrespeto a las leyes, la falta de seguridad jurídica, el tráfico de influencias, la intolerancia política, el dominio sobre la casi totalidad de las alcaldías del país, hasta llegar a las últimas reformas constitucionales, han agravado en modo sumamente alarmante la situación actual del país y su futuro”, señalaba a Ortega Saavedra los obispos en su documento.
Y más adelante remataban: “No lo decimos por afán de llevar la contraria o por intereses ideológicos, sino movidos e iluminados por la fe y el amor a Nicaragua. Creemos que la actual estructura institucional y política del país, no traerá ni a mediano ni a largo plazo ningún beneficio ni para los actuales gobernantes, ni para los miembros del partido gobernante, ni para ningún nicaragüense”.
Por este silencio –motivado, justamente, por las denuncias de carácter político que ha hecho la Iglesia de Nicaragua—en una reciente entrevista televisiva, el obispo de Estelí, monseñor Juan Abelardo Mata Guevara apuntó que en “la cuestión de fondo que afecta a la visión del país, no ha habido ninguna respuesta” por parte del gobierno ni del partido en el poder.
Ojalá esté reflexionando
Para monseñor Mata Guevara, los frutos del diálogo entre la Conferencia Episcopal de Nicaragua y el mandatario sandinista permanecen aún en el limbo, no obstante que ambas partes catalogaron el encuentro como “un momento cumbre” en el contexto político nicaragüense ya que era la primera vez que Ortega se reunía con un sector crítico de su gobierno, como son los obispos desde que se hizo con el poder el 10 de enero de 2007.
“Las peticiones nuestras eran muy de fondo, dijo monseñor Mata Guevara en su entrevista de televisión al canal 12 de Nicaragua, pues se trata de llamar al diálogo nacional y garantizar elecciones transparentes y con observación nacional”. Agregó que los obispos nicaragüenses solicitaron a Ortega Saavedra “la realización de un gran diálogo nacional en el que participen todos los sectores”.
También –siempre según el obispo de Estelí—se le pidió al presidente que “ofrezca su palabra de honor para garantizar en 2016 para Nicaragua un proceso electoral presidencial absolutamente transparente y honesto, con nuevos y honorables miembros al frente del Consejo Supremo Electoral”.
Hasta el momento, Ortega no se ha pronunciado sobre las peticiones de los obispos. “Creemos que está reflexionando y ojalá esté así”, dijo, finalmente, monseñor Mata Guevara. El Episcopado nicaragüense ha sido crítico con el gobierno actual, especialmente en el tema de la reelección presidencial, que abiertamente rechaza, y el de la institucionalidad. Las críticas arreciaron, recientemente, cuando los sandinistas renovaron la Constitución y le abrieron las puertas a Ortega para permanecer en el poder el tiempo que él quiera.