Llegó a República Centroafricana hace 35 años
El obispo de Bangassou, el cordobes monseñor Juan José Aguirre se encuentra en España presentando el libro: “Solo soy la voz de mi pueblo”. Este pueblo es República Centroafricana que vive una de las guerras más descarnadas de los últimos años.
"Mirando mi pasado solo puedo decir como el poeta: «Confieso que he vivido». Han sido muchas experiencias que se acumulan en mi memoria desde aquel 1980 en que llegué a África por primera vez. Si dejo rienda suelta al disco duro de mi cerebro, me descarga las más bellas. Pero yo sé que las otras, las que escuecen, las que apestan a humanidad corrompida, a sangre derramada, a la miseria de los que no son de nadie, también están ahí, formando parte del puzle de mi vida. Señor, tú me has acompañado siempre, como telón de fondo de mi vida, de esa vida que he vivido con profundidad, gastada por los demás, feliz de haberla dado… Solo te repito lo de siempre: «Aunque camine por valles oscuros, no temo, porque tú vas conmigo; la certeza de tu presencia me consuela».
Y la presencia de Dios es más que evidente a lo largo del libro (como se ve en el anterior fragmento), que presenta el misionero comboniano y obispo de Bangassou en Madrid, y que cuenta parte de sus vivencias diarias.
Y Dios está en el hermano, en los centroafricanos, un pueblo que sufre continuas luchas de poder. Cuenta Monseñor Aguirre que ha construido escuelas, consultas médicas, farmacias, horfanato, consigue comida, se lo han robado todo y está volviendo a reconstruirlo, "en los últimos meses han salido de Centroáfrica 250.000 personas escapando de la violencia al Chad o al Congo, pero al mismo tiempo acaban de llegar a Bangassou 3.000 personas del Congo Democrático, han llegado a su casa atravesando ríos, no han necesitado pasaporte, no ha habido vallas, ni pelotas de goma y han podido construir su casa, si pequeño huerto".
¿Cuál es la situación de Centroáfica ahora mismo?
"Ahora mismo acabamos de vivir un tsunami con la llegada de un grupo filoislámico, llamado Séleca que nos han puesto todo patas arriba, pero han aparecido en contra grupos antidefensa que son grupos no musulmanes que están atacando a los musulmanes por todos sitios sobre todo por el oeste y estamos viviendo escenas tremenda con niños decapitados. En Bangassou también estamos teniendo problemas pero hemos logrado con un comité de mediación que católicos, protestantes y musulmanes estemos juntos y estamos apagando cerillas, hacemos de bomberos, calmando todos los ataques a musulmanes en la selva, y ahora llevamos tres meses casi sin derramamiento de sangre"
Un tema conductor en el libro es ‘la muerte’ que sale barata en Centroáfrica, que se toca todos los días, "la muerte es parte de la vida, la muerte es un auténtico parto en el cual tú vas a ver con tus propios ojos al Dios del que has vivido como la madre que está embarazada tiene a su hijo en el vientre y el hijo vive a través de la madre por el cordón umbilical pero no la vé, el momento de la muerte es el momento del nacimiento cuando finalmente vas a ver a tu Dios madre, cara a cara, los ojos en sus ojos" explica Juan José Aguirre como si de una catequesis se tratara.
¿Cómo podemos ayudar desde España a la gente de Bangassou, a Centroáfrica?
"La primera ayuda es conocer lo que pasa, luego está los proyectos de desarrollo, el primer proyecto es la educación porque la educación lleva a la tolerancia y la tolerancia es esencial para la vida de las personas, y en segundo lugar guiarles para que los jóvenes no tengan que huir de Africa, hay que ayudar a los paises allá para que los inmigrantes no tengan necesidad de escaparse de Africa" pide el Obispo de Bangassou.
Un libro que cuenta historias de vida pero "la muerte se toca con las manos cada día y es muy bonito poder acompañarles. Esta historia aparece en el libro, una mujer llega al centro del Buen Samaritano para enfermos de sida, una mujer con 40 años y con 40 kilos de peso, que llega en una carretilla, llevada por sus hijos en posición fetal, y una de nuestras monjas de la Madre Teresa la lavó, la puso en una cama de sábanas blanca y la dijo, vive, vive, mira el color de la selva que Dios te ha dado los ojos para ver y la mujer dijo si pero también me ha dado los parpados para cerrarlos y se nos fué".
Monseñor Aguirre se resiste a volver de Bangassou pese a las peticiones de su madre que prologa el libro, "mi madre quiere que vuelva pero yo le digo:-si no podemos estar juntos en la tierra, vamos a hacer todo lo posible para estar juntos en el cielo".
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