Arzobispo de Cochabamba: la falta de amor en las familias empuja a nuestros jóvenes a la violenciaLa Navidad de este año, aunque se continúe ofertando regalos y luces de todo color, está sumergida entre el asalto, el asesinado, los linchamientos, las violaciones y los suicidios. El índice de violencia ha subido demasiado en nuestro País!
Estos hechos nos preocupan y andamos buscando las causas. Reclamamos justicia, exigimos leyes más drásticas, pedimos una presencia más consistente de la policía, pero nos damos cuenta que el problema continúa. No nos liberamos del íncubo de la violencia y los delitos se cargan de tintes siempre más atroces.
Quizás muchos atribuimos la causa al aumento del consumo de droga y de alcohol.
Ciertamente influyen estos elementos, pero no son la causa. El alcohol y la droga son como la gasolina sobre el fuego, lo hacen arder más. Pero no son la raíz de los males que nos aquejan.
Si nos acercamos a estos pobres delincuentes, si frecuentamos las cárceles, descubriremos que los asesinos, los violadores, los ladrones son personas, sobre todo jóvenes, que no han vivido en el calor de un hogar. La falta de amor les ha vuelto violentos, rebeldes, desconfiados, llenos de maldad. Son el fruto de la falta de amor.
Una prueba más sencilla es esta: un profesor sabe que, cuando un alumno es violento con sus compañeros o no está interesado en los estudios, hay problemas en el hogar. El joven que no se alimenta de amor, se carga de odio.
Reflexionemos seriamente sobre esta afirmación: Las fallas en el hogar son las causas más profundas de la violencia que nos rodea.
La humanidad no logra generar un auténtico clima de amor.
Por eso el cielo se abre para derramar el AMOR sobre la tierra.
Dios es amor y nos ha hecho de amor, por eso San Agustín concluye afirmando que nuestro corazón no está en paz hasta que no descanse en Dios.
La Navidad nos conceda empaparnos de amor. En un clima de paz, en un ambiente de silencio, buscando enriquecer nuestro hogar de intimidad y de oración, preparémonos a la venida del Niño Jesús. Jesús viene enviado por el Amor del Padre, viene de las entrañas de amor de María, nuestra Madre, viene para entregarse a nosotros simplemente por amor.
Que Él nos ayude a comprender la belleza de este misterio para que seamos capaces de tomar en serio el don de la Navidad y enriquecer así nuestros hogares de este alimento tan indispensable para nuestros hijos.
No basta trabajar por los hijos, no basta que nos sacrifiquemos por nuestros hijos, no basta que construyamos la casa para ellos, es necesario que los hijos sientan que los amamos. Así crecerán serenos y serán capaces de amar. Si uno no experimenta el amor en su casa, no será capaz de dar amor en la vida.
Navidad es Amor.
Mons. Tito Solari C., arzobispo de Cochabamba. Artículo publicado originalmente por Iglesia Viva