Black Friday es el comienzo oficial de la temporada de compras de Navidad (aunque la pre-temporada se ha expandido un poco) y, como resultado, uno de los días más importantes de la economía americana, y cada vez más de todo el mundo.
Pero los católicos tenemos otras fechas señaladas más espirituales que celebrar estos días: la fiesta de Cristo Rey, el domingo pasado, y el próximo inicio del Adviento.

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Adviento es el tiempo de preparación espiritual y expectación para la celebración de Navidad; que es mucho más conocida.
Pero hay algo que se pierde en todo esto; es el segundo significado de este tiempo el que se suele ignorar: la preparación espiritual para la Segunda Venida de Cristo.

El Hijo de Dios ya vino a la tierra una vez. En su primera venida, “Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (Jn 3, 17).
Él vino “ tomando la condición de servidor” (Flp 2,7) y sufrió la Pasión y muerte en la Cruz por nuestros pecados. ¡Él vino a salvarnos!

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Si en su primera venida Jesús nos trajo las condiciones de paz entre Dios y los hombres (Jesús es las condiciones), en su segunda venida nuestro tiempo habrá llegado.
El tiempo final
El tiempo de las segundas oportunidades habrá terminado, nuestras decisiones serán definitivas, y Él vendrá a juzgarnos.
Así lo explica san Mateo en su Evangelio:
“Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada. Estad prevenidos, porque vosotros no sabéis qué día vendrá su Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada”.

La Escritura nos cuenta que antes del diluvio “la tierra estaba pervertida a los ojos de Dios y se había llenado de violencia” y “todos los designios que forjaban sus mente tendían constantemente al mal” (Génesis 6.5, 11).
Dios envió el diluvio para “destruirlos a ellos y a la tierra”. Pero como Noé era “justo”, “irreprochable” y “encontró favor a los ojos del Señor”, Dios dio órdenes a Noé para construir el Arca, para que él y su familia pudieran salvarse.
La alianza es eterna
La Iglesia católica es la nueva Arca, y el Papa de Roma es el nuevo Noé, para dirigir esta gran nave.

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San Juan relata en el libro del Apocalipsis:
“Vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras”.
¿Estás preparado para ser juzgado ante Dios? El Adviento es un gran momento para empezar a prepararse.