Es necesario saber decir a los presos que el Señor está cerca de ellosDios no se queda fuera de las celdas de los encarcelados, dentro también está Él con ellos: es lo que ha dicho el Papa esta mañana al recibir en el Aula Pablo VI, en el Vaticano, antes de la Audiencia General, a los casi 200 participantes en el congreso nacional de los capellanes de las cárceles italiana que tiene lugar en Sacrofano, en los alrededores de Roma, sobre el tema: “Justicia: pena o reconciliación. Libres para liberar”.
Es un cálido agradecimiento el que el Papa Francisco ha dirigido a los capellanes que trabajan en las cárceles de toda Italia, pidiéndoles que transmitan sus saludo a todos los detenidos.
“Por favor, decidles que rezo por ellos: les llevo en el corazón. Pido al Señor y a la Virgen que ellos puedan superar positivamente este periodo difícil de sus vidas. Que no se desanimen, que no se cierren”.
Es necesario saber decirles, afirma el Papa, que el Señor está cerca.
“Decidles con los gestos, con las palabras, con el corazón, que el Señor no se queda fuera de sus celdas, no se queda fuera de las cárceles: está dentro, está allí. Podéis decirle esto: el Señor está dentro con ellos; también Él es un preso ahora, ¿eh? De nuestros egoísmos, de nuestros sistemas, de tantas injusticias que acaban por pagar los más débiles ¿no? Pero los peces gordos nadan libremente en las aguas ¿no? Ninguna celda está tan aislada que excluya al Señor, ninguna: él está allí, llora con ellos, trabaja con ellos, espera con ellos”.
“Su amor paterno y materno llega a todas partes”, prosiguió el Papa, que reza “para que cada uno de ellos abra el corazón a este amor del Señor”. Por tanto, recuerda que sus contactos con algunos encarcelados que visitaba en Buenos Aires continúan. Continua recibiendo cartas de ellos y les llama por teléfono.
“Aquí, a veces llamo a algunos de los que conozco en Buenos Aires, que están en la cárcel, el domingo, y charlamos un poco. Después cuando cuelgo el teléfono, pienso: ‘¿Por qué él y no yo, que tengo tantos o más méritos que él para estar allí?’. Y eso me hace bien ¿eh? ¿Por qué cayó él y no yo? Porque las debilidades que tenemos son las mismas y para mí esto es un misterio que me hace rezar y acercarme a ellos. Decídselo también, ¿eh?
El Papa Francisco pide también por los capellanes, por su ministerio, “que no es fácil”, pero que es “muy comprometido y muy importante” porque “expresa una de las obras de misericordia” y hace “visible la presencia del Señor en la cárcel”.
“Vosotros sois signos de la cercanía de Cristo a estos hermanos que necesitan esperanza. Recientemente, habéis hablado de una justicia de reconciliación ¿no? También una justicia de esperanza, de puertas abiertas, de horizontes… esto no es una utopía: se puede hacer. No es fácil, porque nuestras debilidades aparecen por todas partes, también el diablo está en todas partes, las tentaciones están ahí…. Pero buscad siempre esto, ¿no?”.
Finalmente, elevó su oración a la Virgen: Ella, concluyó, es la Madre de todos los presos.