separateurCreated with Sketch.

Papa Francisco: cristiano, no huyas de Dios, deja que Él escriba tu vida

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Radio Vaticano - publicado el 07/10/13
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Homilía hoy en la Domus Santa MartaDejemos que Dios escriba nuestra vida. Es la exhortación que ha hecho esta mañana el Papa Francisco, durante la misa en la capilla de Casa Santa Marta, al detenerse a reflexionar sobre las figuras de Jonás y del Buen Samaritano, en la liturgia del día. A veces puede suceder, dijo el Papa, que un cristiano, un católico huya de Dios, mientras que un pecador, considerado como alejado de Dios, escuche la voz del Señor.
 
Jonás sirve al Señor, reza y hace mucho bien, pero cuando el Señor le llama empieza a huir. El Papa Francisco quiso centrar su homilía en el tema de la “huida de Dios”. Jonás, subraya, “tenía su historia escrita” y “no quería que le molestaran”. El Señor le envía a Nínive y él “coge una nave para España. Huía del Señor”:
 
“La fuga de Dios. Se puede huir de Dios, pero incluso siendo cristiano, siendo católico, siendo de la Acción Católica, siendo sacerdote, obispo, Papa … todos, todos podemos huir de Dios. Es una tentación cotidiana. No escuchar a Dios, no escuchar su voz, no sentir en el corazón su propuesta, su invitación. Se puede huir directamente. Hay otras maneras de huir de Dios, un poco más educadas, un  poco más sofisticadas, ¿ no? En el Evangelio está este hombre medio muerto, tirado sobre el suelo de la calle, y por casualidad un sacerdote bajaba por el mismo camino – un digno sacerdote, vestido con la talar, bien, ¡bravísimo! Vio y pensó: ‘Llego tarde a Misa’, y pasó de largo. No había oído la voz de Dios, allí”.
 
Pasa después un levita, que, dice el Papa, quizás haya pensado: “Si yo le cojo o me acerco, quizás esté muerto, y mañana tengo que ir adonde el juez y testificar…” y pasó de largo. También él, observa el Papa, huye “de esta voz de Dios”. Y añade: “Sólo tiene la capacidad de entender la voz de Dios uno que habitualmente huía de Dios, un pecador”, un samaritano. Este, constata, “es un pecador, alejado de Dios”, y sin embargo “ha escuchado la voz de Dios y se ha acercado”.
 
El samaritano, observa, “no estaba acostumbrado a las prácticas religiosas, a la vida moral, también teológicamente estaba equivocado”, porque los samaritanos “creían que a Dios había que adorarle en otra parte y no donde el Señor quería”. Y sin embargo, reflexionó, el samaritano “comprendió que Dios le llamaba y no huyó”. “Se le acercó, le vendó las heridas rociándolas de aceite y vino, y después le cargó sobre su cabalgadura” y aún más, “le llevo a un albergue y lo cuidó. Perdió toda la noche”:
 
“El sacerdote llegó a tiempo a la Santa Misa, y todos los fieles contentos; el levita tuvo, el día después, una jornada tranquila según él había pensado hacer, porque no tuvo este lío de ir al juez y todas estas cosas… ¿Y por qué Jonás huyó de Dios? ¿Por qué el sacerdote huyó de Dios? ¿Por qué el levita huyó de Dios? Porque tenían el corazón cerrado, no podían escuchar la voz de Dios. En cambio, un samaritano que estaba de viaje ‘vio y tuvo compasión de él’: tenía el corazón abierto, era humano. Y la humanidad le acercó”.
 
“Jonás – observa el Papa – tenía un diseño de su vida: quería ser él el que escribiera su historia” y lo mismo el sacerdote y el levita. “Un diseño de trabajo”. En cambio, prosigue el Pontífice, este pecador, el samaritano “se dejó escribir la vida por Dios: lo cambió todo, esa noche, porque el Señor le había acercado la persona de este pobre hombre herido, gravemente herido, tirado por la calle”:
 
“Yo me pregunto, y os pregunto también a vosotros: ¿dejamos que Dios nos escriba la vida, o queremos escribirla nosotros? Y esto nos habla de la docilidad: ¿somos dóciles a la Palabra de Dios? ‘Sí, yo quiero ser dócil’. Pero tu, ¿eres capaz de escucharla, de sentirla? ¿Tienes capacidad de encontrar la Palabra de Dios en la historia de cada día, o tus ideas son las que te guían, y no dejas que la sorpresa del Señor te hable?”
 
“Tres personas que huyen de Dios – resumió el Papa – y otra en situación irregular” que es “capaz de escuchar, abrir el corazón y no huir”. Estoy seguro, dijo el Papa, de que todos vemos que “el samaritano, el pecador, no huyó de Dios”. Que el Señor, concluyó , “nos conceda escuchar su voz, que nos dice: Ve y haz tu lo mismo”.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.