El tren transporta en las condiciones más precarias e inhumanas a cientos de migrantes centroamericanos
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El tristemente célebre tren llamado “La Bestia”, que transporta en las condiciones más precarias e inhumanas a cientos de migrantes centroamericanos, de paso por México hacia Estados Unidos, descarriló este fin de semana con un saldo, hasta el momento, de seis migrantes hondureños fallecidos y otras quince personas lesionadas.
Entre fierros y la intemperie
El tren de mercancías, procedente de la frontera con Guatemala y en dirección hacia el norte de México, sufrió el percance en una de las regiones pantanosas del Estado mexicano de Tabasco, al suroeste de México. Ocho de los doce furgones transportaban cada uno alrededor de cien toneladas de chatarra y productos de acero y fierro. Y encima de ellos, o metidos en las góndolas, alrededor de 300 migrantes.
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México, informó hoy lunes por la mañana, que hasta el momento se tiene la confirmación del deceso de seis migrantes hondureños y otras quince personas lesionadas, cinco de ellas de gravedad, tras el descarrilamiento del tren en el ejido La Tembladera, municipio de Huimanguillo, Tabasco.
Todavía con el pánico reflejado en el rostro, dos sobrevivientes del descarrilamiento de “La Bestia”, Melvin Adonay Pineda, de 24 años, y Julio Madariaga, de 37, ambos de Honduras, aseguran que “aún quedan muchos atrapados bajo los vagones del tren y la chatarra que venían en las góndolas”.
“Ahí no hay nada qué hacer”
“No les dio tiempo a reaccionar cuando La Bestia descarriló. Nosotros porque nos aventamos al lado contrario de donde la máquina cayó”, refieren. Ellos tomaron el tren desde las dos de la tarde del sábado. “Serían como a la una de la mañana, el tren venía recio y al momento de empezar a frenar, la gente que estaba en las góndolas (vagones tapados)… al descarrilarse, las tapas volaron y la chatarra aplastó a muchos compañeros”, aseguró Julio Madariaga a los medios que pudieron acercarse a la zona de la Estación Tancochapa, en Tabasco.
En medio de la oscuridad y el monte, “nos dejamos llevar por los gritos de pánico de nuestros compañero. Empezamos a rescatar a los heridos. Mi primo quedó ahí; él con otros cinco que ya no pudieron salir; a muchos los agarró dormidos”, refirió Melvin Adonay Pineda.
Por su parte Julio Madariaga, al ser preguntado si después del accidente iba a regresarse a Honduras, respondió al periódico El Universal:
– Claro que no; no hay nada que hacer allá.
Una tragedia humanitaria
A través de un comunicado, el INM informó que los cuerpos de Rubén Gómez Aguilar, de 27 años; Félix Ponce Aguizon, de 58 años, y de Gerardo Antonio Sandoval Díaz, de 23 años, fueron trasladados a Villahermosa, Tabasco. Mientras que los cuerpos de José Manuel Guerrero Sabillán, de 20 años; Darlin Adriel Valle Banegas de 19 años y Rufino Aguilar Ferrera, de 22 años, fueron llevados a Las Choapas, Veracruz.
"El Instituto Nacional de Migración mantiene una estrecha comunicación con las autoridades de Honduras y apoyará en todo momento el traslado de los cuerpos a su país de origen", indicó el INM.
Mientras tanto, Honduras y El Salvador han realizado ya diversas gestiones para atender a las víctimas y proporcionarles ayuda consular. El presidente de Honduras anunció que hoy se abre una línea de teléfono para asistir e informar a los familiares de los migrantes.
En tanto, trabajadores de la empresa Ferrocarril del Istmo, señalaron que el accidente se debió al reblandecimiento del suelo por las lluvias y al robo de clavos y placas de acero que fijan los durmientes de las vías. Una tragedia de humanidad y corrupción en el tren más temido por los migrantes.
