Un vía crucis novedoso con una sorpresa en cada estación, que resaltará la capacidad de solidaridad de los jóvenes en el paseo de CopacabanaUno de los momentos cumbre de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro será, sin lugar a dudas, el Viacrucis de los jóvenes asistentes a la Jornada y los que lo seguirán a través de los medios, con el Papa Francisco.
El Viacrucis se celebrará en el mundialmente conocido paseo de Copacabana, en la Avenida Atlántica de Río de Janeiro el próximo el 26 de julio.
Cabe resaltar que el Papa Francisco va a presenciar el Viacrucis, y a intervenir en él, desde el palco principal instalado entre
las estaciones 13 y 14 del recorrido que imita al realizado por Jesús en Jerusalén, el día de su crucifixión.
Viacrucis solidario
En casi un kilómetro de la Avenida Atlántica, la vía dolorosa tendrá 14 temas diferentes de meditación en cada una de las 14 estaciones: “joven misionero”, “joven convertido”, “joven de comunidad de recuperación”, “joven hablando en nombre de las madres”, “seminarista”, “religiosa que lucha por la vida (contra el aborto)”, “matrimonio”, “joven hablando por las mujeres que sufren”, “estudiante en silla de ruedas”, “joven de las redes sociales”, “preso o joven de la pastoral penitenciaria”, “joven con enfermedad terminal”, “joven con discapacidad auditiva” y “joven de África, América del Norte, América Latina y del Caribe, de Europa, de Asia y de Oceanía”.
La idea central del Viacrucis en la JMJ de Río de Janeiro será resaltar la capacidad que tiene el joven de ser solidario con los
demás. Más aún, la solidaridad a la que obliga la doctrina social cristiana y a la que llama de manera muy concreta el Papa Francisco.
Según el director artístico de la JMJ de Río de Janeiro, Ulysses Cruz, “será completamente diferente al Viacrucis de la JMJ en Madrid. En cada estación habrá una sorpresa para que todo quede más emocionante y haga al público reflexionar sobre el significado. Desde su concepto, reflexionar sobre el sufrimiento de Jesús en la Cruz y el sufrimiento del joven de hoy, hasta los recursos escénicos evocados, pasando por la banda sonora, orquesta sinfónica, DJ y guitarras eléctricas, todo es nuevo en este Viacrucis”.
Acercar a los jóvenes al misterio de Cristo
El Viacrucis de la próxima JMJ, con los temas alistados anteriormente, mucho tiene que ver con el diagnósticos que han hecho los obispos de América Latina y el Caribe en la V Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano celebrada en Aparecida, Brasil, en mayo de 2007.
El texto final –cuyo responsable de redacción fue el entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio SJ—tiene un diagnóstico certero de los problemas de la juventud actual, sobre todo la latinoamericana, y de aquellas vicisitudes que impiden que los jóvenes ejerzan en plenitud su capacidad solidaria.
El documento dice que los jóvenes están “muy afectados por una educación de baja calidad, que los deja por debajo de los niveles necesarios de competitividad, sumado a los enfoques antropológicos reduccionistas, que limitan sus horizontes de vida y dificultan la toma de decisiones duraderas”.
Más adelante, señala que es notoria la “ausencia de jóvenes en lo político debido a la desconfianza que generan las situaciones de corrupción, el desprestigio de los políticos y la búsqueda de intereses personales frente al bien común”. Y hace una serie de constataciones sobre el alarmante incremento de suicidios juveniles, la imposibilidad de muchos de estudiar o trabajar, la migración para encontrar un mejor panorama (y que está adquiriendo “un rostro juvenil”) y “el uso indiscriminado y abusivo que muchos jóvenes hacen de la comunicación virtual”.
Un Viacrucis como el que se propone en Río de Janeiro, cumple a cabalidad con ser una respuesta a este universo sombrío que acecha a los jóvenes. Los obispos y el Papa Benedicto en Aparecida, apostaron por privilegiar en la pastoral de juventud “procesos de educación y maduración en la fe, como respuesta de sentido y orientación de la vida, y garantía de compromiso misionero”.
“De manera especial, advirtieron los obispos en Aparecida, se buscará implementar una catequesis atractiva para los jóvenes que los introduzca en el conocimiento del misterio de Cristo, y se buscará mostrarles la belleza de la Eucaristía dominical, que los lleve a descubrir en ella a Cristo vivo y el misterio fascinante de la Iglesia”.
En esta lógica de nuevos lenguaje para introducir a los jóvenes “en el conocimiento del misterio de Cristo”, el Viacrucis de la JMJ de Río será una pedagogía inestimable.