Hace 20 años, san Juan Pablo II instituyó el Domingo de la Divina Misericordia, celebrado el domingo siguiente al de Pascua. Fue también la víspera de esta fiesta cuando falleció, el 2 de abril de 2005. La fecha de su muerte sellaría así en cierta manera su testamento espiritual. Confió al mundo a la Divina Misericordia. Pero ¿cómo se recibe?
San Juan Pablo II había escrito estas palabras para la fiesta de la Divina Misericordia en el día de su entrada al cielo, el 2 de abril de 2005:
“Para la humanidad, que algunas veces parece perdida y dominada por el poder del mal, el egoísmo y el temor, el Señor resucitado ofrece el regalo de su amor que perdona, reconcilia y abre el alma a la esperanza. Es un amor que cambia corazones y trae la paz. ¡Cuánto necesita el mundo comprender y recibir la divina misericordia!”.
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