“Perdónanos por la Guerra, Señor”, rezó el papa Francisco este miércoles 16 de marzo de 2022 en el aula Pablo VI del Vaticano.
El pontífice lanzó una súplica desgarradora a favor de la paz en Ucrania. “¡Detengan la mano de Caín!”.
“No contentos con los clavos con los que atravesamos tu mano, seguimos bebiendo la sangre de los muertos desgarrados por las armas”.
Así rezó el Sucesor de Pedro junto a los fieles y peregrinos de todo el mundo para pedir el final de la agresión de Rusa en territorio de Ucrania.
“Perdónanos si estas manos, que creaste para cuidar, se han convertido en instrumentos de muerte”, añadió.
También señala que la guerra es fratricida: “Y cuando hayas detenido la mano de Caín, ocúpate también de él. Es nuestro hermano”.
El Papa denunció las duras repercusiones que tendrán que vivir los niños : “¡En nombre de Dios, deténganse!”.
Muy recordado entre los fieles presentes en la Audiencia General, el llamamiento del Papa “¡Jamas la guerra! Piensen sobre todo en los niños, a quienes se les quita la esperanza de una vida digna”.
Perdónanos por la Guerra, Señor
A continuación, la oración completa por la guerra en Ucrania escrita por el Arzobispo de Nápoles, Monseñor Mimmo Battaglia y recitada por el Papa en la audiencia de hoy:
Perdónanos por la Guerra, Señor.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, pecadores.
Señor Jesús, nacido bajo las bombas de Kiev, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, que murió en los brazos de su madre en un búnker de Kharkiv, ¡ten piedad de nosotros!
Señor Jesús, enviado con veinte años al frente, ¡ten piedad de nosotros! Señor Jesús, que aún ves las manos armadas a la sombra de tu cruz, ¡ten piedad de nosotros!
Perdónanos, Señor, si, no contentos con los clavos con los que atravesamos tu mano, seguimos bebiendo la sangre de los muertos desgarrados por las armas.
Perdónanos, Señor, si estas manos, que creaste para cuidar, se han convertido en instrumentos de muerte.
Perdónanos, Señor, si seguimos matando a nuestro hermano, si seguimos como Caín sacando piedras de nuestro campo para matar a Abel.
Perdónanos, Señor, si seguimos justificando la crueldad con nuestro cansancio, si con nuestro dolor legitimamos la crueldad de nuestros actos.
Perdona la guerra, Señor.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, te lo imploramos. ¡Detengan la mano de Caín!
Ilumina nuestra conciencia, que no se haga nuestra voluntad, ¡no nos abandones a nuestras propias acciones! ¡Para todo, Señor, detennos!
Y cuando hayas detenido la mano de Caín, ocúpate también de él. Es nuestro hermano.
¡Oh, Señor, detén la violencia! ¡Detennos, Señor!
La vejez desenmascara el engaño de una vida
El Papa ha continuado hoy su ciclo de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez o de la ancianidad.
Asimismo, recordó que Dios para salvar al hombre de la corrupción y del diluvio, eligió a Noé, que era más anciano de todos los hombres.
En la catequesis basada en la lectura del Génesis, pidió preguntarnos, “¿en qué sentido la vejez puede salvar el mundo?”
“En un tiempo en que vivimos bajo presión, tantas veces confundidos entre la imagen de la “juventud eterna” y la representación catastrófica del “fin del mundo”, ¿qué pueden aportar los ancianos?”.
Francisco destacó que la “vejez ayuda a desenmascarar el engaño de una vida que sólo busca el placer, o que está vacía de interioridad, y que abre la puerta a la corrupción y al desprecio de los demás”.
“Noé es el ejemplo de la vejez que genera vida”.Por eso, indicó, es una “vocación” que llama a “cada uno de nosotros”.
Por último, el Papa saludó “a los peregrinos de lengua española. Veo que hay mexicanos aquí. Pidamos al Señor que, como Noé, sepamos acoger, valorar y proteger el don de la vida en todas sus manifestaciones. Que Dios los bendiga. Muchas gracias”.