“He vuelto a Santa Marta y, poco a poco, me voy recuperando”. El mensaje escrito a mano del papa Francisco lleva la fecha del domingo 18 y va dirigido al arzobispo Joseph Bettencourt, nuncio apostólico en Georgia y Armenia. Es la primera vez que el Papa habla de su salud y es una confirmación de que la convalecencia va bien.
El Papa en el Ángelus desde el hospital Gemelli, se había limitado a agradecer las oraciones de los fieles, alabando el servicio sanitario “accesible a todos y gratuito”, mientras que el domingo, en el primer Ángelus desde su regreso al Vaticano, lució sereno y alegre cuando se detuvo en la importancia del verdadero descanso.
Este episodio, nos ha hecho reflexionar sobre el tiempo y el dono precioso detrás de cada respiro. Muchas veces eludimos el razonamiento sobre la muerte y la enfermedad, que no espera a caernos como ‘balde de agua fría’ cuando alguien querido está enfermo o nosotros mismos lo estamos.